El líder norcoreano Kim Jong Un declaró estar preparado tanto para el diálogo como para la confrontación con la administración Biden, pero más para la confrontación, informaron medios estatales norcoreanos días después de que Estados Unidos y otros países instaran a Corea del Norte a abandonar su programa nuclear y regresar a la mesa de negociaciones.
De acuerdo con algunos expertos, la declaración del dirigente sugiere que probablemente presionará para fortalecer su arsenal nuclear y aumentar la presión sobre Washington para que renuncie a lo que Corea del Norte considera una política estadounidense hostil, aunque también se preparará para reanudar las conversaciones.
Durante una reunión del partido gobernante, Kim Jong Un analizó las tendencias políticas de los Estados Unidos bajo el presidente Joe Biden y aclaró los pasos no especificados que se tomarán en las relaciones con Washington, dijo la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte. “Enfatizó la necesidad de estar preparados tanto para el diálogo como para la confrontación, sobre todo para estar completamente preparados para la confrontación a fin de proteger la dignidad de nuestro Estado y sus intereses para el desarrollo independiente y garantizar de manera confiable el entorno pacífico y la seguridad de nuestro Estado”.
En 2018-19, Kim Jong Un celebró una serie de reuniones con el entonces presidente Donald Trump. Pero las negociaciones fracasaron después de que Trump rechazara los pedidos de Kim Jong Un de un alivio de las sanciones a cambio de un abandono parcial de su capacidad nuclear.
La administración Biden estado formulando un nuevo enfoque sobre el programa nuclear de Corea del Norte, descrito como “calibrado y práctico”. Los detalles de su política con Corea del Norte no se han publicado, pero los funcionarios estadounidenses han sugerido que Biden buscaría un término medio entre las reuniones directas de Trump con Kim Jong Un y la “paciencia estratégica” del expresidente Barack Obama para frenar el programa nuclear norcoreano.
A principios de esta semana, los líderes de las naciones del Grupo de los Siete emitieron un comunicado pidiendo la desnuclearización completa de la península de Corea y “el abandono verificable e irreversible” de los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte, a la que pidieron reanudar el diálogo y respetar los derechos humanos.
Kim Jong Un ha amenazado recientemente con ampliar su arsenal nuclear y construir armas de alta tecnología dirigidas al territorio continental de Estados Unidos si Washington se niega a abandonar su política hostil contra Corea del Norte. En marzo, el ejército norcoreano realizó sus primeras pruebas de misiles balísticos de corto alcance en un año. Pero Corea del Norte aún mantiene una moratoria sobre las pruebas nucleares y de misiles de largo alcance, un indicador de que todavía quiere mantener vivas las perspectivas de la diplomacia.
Kim Jong Un dijo la semana pasada que debe mantenerse en alerta máxima “para cumplir con su noble misión y deber de defender firmemente la soberanía y la seguridad del país”.
También convocó a la reunión del Comité Central del Partido de los Trabajadores para revisar los esfuerzos para reconstruir su economía, que se ha visto gravemente afectada por el cierre de fronteras, la mala gestión en medio de las sanciones lideradas por Estados Unidos y los daños causados por las tormentas a los cultivos y la endeble infraestructura norcoreana.
El martes abrió la reunión advirtiendo sobre una posible escasez de alimentos e instando a los funcionarios a impulsar la producción agrícola porque la situación alimentaria del país “ahora se está poniendo tensa”.
Associated Press/OnCuba.