El emperador de Japón, Akihito, saludó este miércoles a la multitud que acudió a ver la última aparición de Año Nuevo de su reinado, a unos meses de su abdicación.
“Estoy realmente contento de celebrar el Año Nuevo con todos ustedes bajo este cielo despejado”, dijo Akihito, de 85 años, desde el balcón del Palacio Imperial de Tokio.
Como es tradición, Akihito salió al balcón del palacio acompañado de su esposa, la emperatriz Michiko, y otros miembros de su familia para desear la paz para el país. Estaba previsto que realice cinco apariciones el miércoles.
El emperador japonés #Akihito pronuncia el último #discurso de Año Nuevo antes de su abdicación pic.twitter.com/iYVMIdW7cz
— Reuters Latam (@ReutersLatam) January 2, 2019
Medios japoneses reportaron que más de 90 mil personas esperaban para ver a la familia real a primera hora de la tarde. Reportes de prensa hablan incluso de 140 mil asistentes. Muchos ondeaban banderas japonesas y estaban allí desde primera hora de la mañana.
Akihito sucedió a su padre, el emperador Hirohito, en 1989, y abdicará el próximo 30 de abril, cuando su hijo mayor subirá al Trono del Crisantemo.
La familia imperial japonesa es más cerrada que las estirpes reales occidentales, e Hirohito fue considerado un dios en su día. Akihito se esforzó por convertirse en un emperador más accesible. Fue el primero en casarse con una plebeya luego de cortejar a Michiko en una cancha de tenis. Sus dos hijos se casaron también con plebeyas.
Su abdicación es también una rareza. Anunció su deseo de abandonar el trono en un mensaje de video, citando una preocupación por no poder cumplir con sus deberes por el empeoramiento de su salud.
Akihito pareció tambalearse durante un acto con mandatarios extranjeros en palacio antes esta semana. Michiko se acercó a él con preocupación y lo ayudó.
El reinado de tres décadas de Akihito es conocido en Japón como “Heisei”, cuyo primer carácter significa “paz”. El nombre de la nueva se elegirá con gran fanfarria más adelante este año.
El príncipe heredero, Naruhito, apareció en el balcón con su esposa Masako, que sonreía vestida con un traje de color burdeos. Masako se ausentó en varios eventos en los últimos años debido a lo que funcionarios de palacio describieron como una enfermedad relacionada con el estrés.
La población observará atentamente para ver como la joven e internacional pareja podría brindar apertura a un rol que no tiene poder político, pero que es ampliamente reconocido como un símbolo cultural y emocional del país.
Se espera que el hermano pequeño de Naruhito y su familia desempeñen un papel importante en el futuro. Solo los herederos varones pueden subir al trono nipón, y Naruhito tiene solo una hija, por lo que el príncipe Akishino y su hijo son los siguientes en la línea de sucesión.