Una marea de manifestantes marchaba el domingo por el centro de Hong Kong, en una gran protesta contra una ley auspiciada por el gobierno que permitiría la extradición de personas a la China continental para afrontar cargos allí.
La enorme protesta del domingo se celebraba tres días antes de que el gobierno de Hong Kong lleve la propuesta al pleno de la legislatura, en un intento de aprobarla a final de mes.
La policía informó que unas 153.000 personas participaban en la movilización, mientras que el diario South China Morning Post reportó hasta 500.000 personas.
Carrie Lam, que dirige el gobierno hongkonés, ha seguido adelante con el proyecto pese a las críticas generalizadas de grupos empresariales y de derechos humanos. Las voces críticas afirman que el sistema legal chino no garantizaría los mismos derechos que en Hong Kong, una región semiautónoma.
“¿Qué podemos hacer para que Carrie Lam nos escuche, cuánta gente tiene que salir para que se replantee escuchar al público?”, preguntó Miu Wong, un oficinista de 24 años que se sumó a la protesta.
A Hong Kong se le garantizó el derecho a conservar sus propios sistemas sociales, legales y políticos durante los 50 años posteriores a su traspaso del gobierno británico al chino en 1997, en el marco denominado “un país, dos sistemas”. Sin embargo, el gobernante Partido Comunista de China ha sido visto como cada vez más renegado de ese acuerdo al forzar cambios legales impopulares.
Hong Kong actualmente limita tales extradiciones a las jurisdicciones con las que tiene acuerdos de extradición existentes o a otros en forma individual según una ley aprobada antes de 1997.
China fue excluida debido a las preocupaciones sobre su pobre historial en materia de independencia legal y derechos humanos. En los últimos años, las autoridades de la parte continental han perseguido a los opositores al acusarlos de crímenes dudosos, como la evasión fiscal, la cristalización de las preocupaciones entre los críticos y otros.
El gobierno de Lam argumentó que las revisiones eran necesarias para cerrar las lagunas legales, mientras que los opositores dicen que es simplemente una excusa para perseguir la agenda de China de reducir la independencia legal de Hong Kong.