Brasil rebasó el sábado el sombrío hito de 100 000 muertes por COVID-19 y, a cinco meses del primer caso del nuevo coronavirus, el país no tiene señales evidentes de superar la enfermedad.
Con cerca de 210 millones de habitantes, el país ha reportado en promedio más de 1000 muertes diarias por la pandemia desde finales de mayo, y en las últimas 24 horas registró 905.
El Ministerio de Salud indicó que había un total de 3 012 412 contagios confirmados —cifras de casos y fallecimientos sólo superadas por Estados Unidos. Y, como en muchos países, los expertos consideran que ambos números están muy por debajo de la realidad debido a la insuficiencia de pruebas diagnósticas.
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En un tributo a las víctimas del COVID-19, el organismo no gubernamental Río de Paz colocó el sábado cruces en la arena de la popular playa de Copacabana y liberó 1 000 globos rojos.
“Es muy triste. Esos 100 000 representan a varias familias, amigos, padres, hijos”, lamentó Marcio do Nascimento Silva, un taxista de 56 años que perdió a sus hijos a causa de la pandemia y se unió al tributo. “Alcanzamos la marca (de 100 000) y mucha gente parece no verlo, tanto del gobierno como de nuestra población. No se trata de números sino de personas. La muerte se ha normalizado”.
El presidente Jair Bolsonaro, quien reportó haberse infectado, se ha mostrado consistentemente escéptico sobre el impacto de la enfermedad y está a favor de eliminar las restricciones a la economía que han impuesto los gobernadores estatales para combatir la pandemia. Con frecuencia se ha desenvuelto en reuniones, a veces sin usar cubrebocas.
En el día en que Brasil rebasó las 100.000 muertes, la secretaría de comunicación del gobierno respondió a las críticas que el exministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil lanzó a través de las redes sociales por la manera en que las autoridades federales manejaron la pandemia.
“Estos son los números que merecen ser revelados: – CASI 3 MILLONES DE VIDAS SALVADAS O EN RECUPERACIÓN- UNO DE LOS ÍNDICES DE MUERTES MÁS BAJO POR MILLÓN ENTRE NACIONES DE GRAN POBLACIÓN”, tuiteó la secretaría, compartiendo el tuit de Moro. Bolsonaro respondió al mensaje con un emoji de un saludo de manos.
Los analistas se han quejado sobre una falta de coordinación nacional bajo el gobierno de Bolsonaro la respuesta inconsistente de gobiernos estatales y municipales, que incluye la reapertura en ciertas regiones antes de lo recomendado por los expertos en salud.
Bolsonaro anuncia que ya es negativo en prueba de coronavirus
Brasil enfrenta la pandemia con un ministro interino de Salud, Eduardo Pazuello, un general militar que realizó su carrera en logística. Dos ministros de Salud anteriores, ambos médicos, dejaron el cargo por diferencias con Bolsonaro sobre las medidas de distanciamiento social y el uso de la hidroxicloroquina, un fármaco contra la malaria promocionado por el presidente, pero que la mayoría de los estudios ha determinado que es inefectivo para combatir el COVID-19, e incluso peligroso.
Bolsonaro, que ha catalogado al COVID-19 como una “pequeña gripe”, asegura que se recuperó de la enfermedad gracias a la hidroxicloroquina.
La mayoría de los 27 estados brasileños han iniciado la reapertura de tiendas y restaurantes. En Río de Janeiro, los centros comerciales y restaurantes de antemano han reabierto y la gente ha vuelto a las playas.
AP/OnCuba