Uno de los diplomáticos canadienses que reportó lesiones cerebrales en 2017 durante su misión en La Habana, declaró que Canadá ha limitado sus comentarios sobre los incidentes para no “enfadar” a las autoridades cubanas.
Se trata de uno de las más de tres decenas de funcionarios estadounidenses y canadienses que el año pasado presentaron síntomas de lesiones cerebrales, como mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración, mientras estaban destinados en La Habana, un episodio que EE.UU. ha calificado como un “ataque”.
El diplomático declaró al periódico canadiense The Globe and Mail, quien no le identificó, que las autoridades de su país “temen enfadar a Cuba para no perjudicar la candidatura de Canadá a un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU”.
El funcionario también criticó la respuesta de Canadá a los incidentes así como la atención que están recibiendo los afectados.
Un grupo de diplomáticos resumió su posición al señalar en un escrito, al que también tuvo acceso el periódico canadiense, que “el deber de atención ha sido de forma consistente relegado por los esfuerzos del Gobierno de Canadá de contener y limitar la información sobre esta historia”.
Tras la aparición en 2017 de las primeras noticias de los incidentes, las autoridades estadounidenses señalaron que los diplomáticos parecían haber sufrido algún tipo de ataque con un arma sónica, aunque el gobierno cubano negó cualquier relación con las lesiones.
Estados Unidos decidió reducir el personal de su embajada en la capital cubana ,mientras que en abril Canadá retiró a los familiares de sus diplomáticos destinados en Cuba como medida de precaución.
A pesar de que se han lanzado múltiples investigaciones y que varios equipos médicos continúan estudiando el origen de las lesiones, todavía se desconoce qué ha causado los problemas físicos a los diplomáticos norteamericanos.
En abril, altos funcionarios canadienses dijeron a los medios de comunicación que los resultados de las investigaciones realizadas por especialistas médicos tanto de Canadá como de EE.UU., indican que las personas afectadas sufren “un nuevo tipo de una posible lesión cerebral adquirida”.
“La causa sigue siendo desconocida pero podría ser de origen humano”, añadieron los portavoces canadienses.