El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) confirmó que un primer enfermo de H5N1, el virus de la gripe aviar, no tuvo contacto con animales de granja, mascotas, ni consumió leche de vaca cruda, las vías más plausibles de infección, lo que podría indicar una eventual trasmisión entre humanos.
Hasta este momento, las autoridades estadounidenses desechan esa posibilidad, aunque la falta de datos no permite descartarla, estimó un artículo publicado este miércoles en el diario español El País en su sección dedicada a las ciencias.
El paciente residía en el estado de Misuri, en el centro del país, y padecía patologías previas. Por el momento, no se ha podido explicar cómo pudo infectarse, pues en dicho territorio del medio oeste de Estados Unidos no se reportan contagios en granjas desde hace meses.
13 personas infectadas
Hasta ahora se han registrado 13 personas infectadas con la variante de alta patogenicidad en Estados Unidos y todas estaban relacionadas con granjas y solo tuvieron síntomas leves.
Actualmente, el mundo enfrenta la peor epidemia de gripe aviar conocida. Su origen está en un subtipo del virus H5N1 conocido como 2.3.4.4b, con una elevada mortalidad en cientos de millones de aves salvajes y domésticas.
Aunque el virus solo debería infectar aves, se han registrado múltiples saltos a mamíferos; desde focas y leones marinos en Suramérica, a visones de una granja de Galicia, en España.
Uno de los principales focos de contagio son las granjas de vacas lecheras de Estados Unidos, con 207 rebaños afectados en 14 estados.
De aves a humanos
El H5N1 ha saltado de aves a humanos en al menos 889 ocasiones desde 2003, y matado a 463 personas, lo que coloca su letalidad en 52% de los casos.
Aun así, tanto la ONU como las autoridades de Estados Unidos consideran que el riesgo para la salud humana sigue siendo “bajo”.
El patógeno se acumula en las mamas y en la leche, y se propaga sin que estén claras las vías de transmisión.
El pasado julio, un equipo de científicos estadounidense que analizó virus detectados en vacas alertó que estaba aumentando “el potencial pandémico” del patógeno.
Científicos alertan
María Van Kherkove, jefa de prevención de epidemias y pandemias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mostró su “preocupación” por el caso estadounidense.
La científica reclamó “un mayor esfuerzo por parte del sector ganadero para entender qué está pasando en los animales”, al tiempo que señaló la necesidad de una mayor colaboración y transparencia entre las autoridades veterinarias y sanitarias para saber qué está sucediendo.
“El resto del mundo no puede sentarse a observar cómo evoluciona una posible pandemia”, dijo, por su parte, la viróloga holandesa Marion Koopmans, que trabajó para la OMS en el esclarecimiento de los orígenes de la pandemia del coronavirus.
Elisa Pérez, viróloga veterinaria del Centro de Investigación en Sanidad Animal del CSIC, considera, entretanto, que la situación es “muy preocupante”.
La científica encuentra paralelismos con lo que sucedió en abril de 2009, cuando dos niños de California se infectaron con un virus de la gripe H1N1, de origen porcino, sin que hubiesen tenido contacto alguno con estos animales y sin que los médicos pudieran establecer la causa de la trasmisión, recordó el artículo de El País.
Dos meses después, la OMS declaró una pandemia mundial de gripe porcina en la que hubo más de 60 millones de contagios y 12 000 muertes, aunque el número de fallecidos no confirmados por test pudo superar el medio millón, según el CDC.