La fiscalía presentó hoy miércoles cargos de homicidio contra un policía blanco de Atlanta que mató a Rayshard Brooks al dispararle por la espalda, argumentando que el hombre herido no representaba ningún peligro mortal y que el agente lo pateó cuando yacía moribundo en el suelo sin brindarle auxilio médico durante más de 2 minutos.
Brooks tenía una pistola aturdidora que le había quitado a uno de los policías y la había accionado contra ellos durante el forcejeo, pero huía corriendo y estaba casi a 5,50 metros de distancia del policía Garrett Rolfe cuando este le disparó, dijo el fiscal federal Paul Howard, quien anunció los cargos cinco días después del incidente, ocurrido afuera de un restaurante Wendy’s. El hecho conmocionó a una ciudad y a una nación ya agitadas por la muerte de George Floyd a fines del mes pasado en Minneapolis.
El cargo de homicidio contra Rolfe, de 27 años, conlleva prisión perpetua o la pena de muerte si la fiscalía la solicita. Rolfe también fue acusado de otros 10 delitos punibles con décadas de cárcel.
“Hemos concluido que al momento en que el señor Brooks fue baleado no representaba una amenaza mortal inmediata”, manifestó Howard.
Otro agente que se encontraba con Rolfe, Devin Brosnan, de 26 años, se paró sobre el hombro herido de Brooks mientras este luchaba por su vida, señaló Howard. Brosnan fue acusado de agresión con agravantes y de violar su juramento.
Howard dijo que Brosnan estaba cooperando con los fiscales y que había decidido testificar. Afirmó que es la primera vez que un agente se ofrece a testificar. Sin embargo, un abogado de Brosnan rechazó categóricamente que su cliente hubiera aceptado ser testigo en algún juicio y que no se declararía culpable de nada.
“No deberíamos celebrar como afro-estadounidenses cuando conseguimos un poco de justicia como hoy. No deberíamos celebrar ni desfilar cuando un policía es llamado a cuentas”, dijo el abogado L. Chris Stewart.
La viuda de Brooks, Tomika Miller, dijo que fue doloroso escuchar nuevos detalles de lo sucedido a su esposo durante los últimos minutos de su vida.
“Siento cada cosa que sintió, solo con escuchar lo que vivió, y duele. Duele muchísimo”, agregó.
Rolfe fue despedido después del incidente y Brosnan puesto en labores administrativas.
La muerte de Brooks el viernes desató nuevas manifestaciones en la capital de Georgia contra la brutalidad policial, después de que las protestas por la muerte de George Floyd en Minneapolis ya se habían casi aplacado.
La jefa de policía de Atlanta, Erika Shields, renunció menos de 24 horas después de la muerte de Brooks. El restaurante Wendy’s fue incendiado.
Associated Press/OnCuba.