Los empleados de los restaurantes y cafeterías del aeropuerto de Miami están muy molestos. Los han obligado a prescindir de la propina que los clientes les dejaban por sus servicios y que constituía prácticamente más de la mitad de sus sueldos.
Hace varios años que en el sur de Florida se ha instituido la llamada “propina obligatoria”, la cual se encuentra incluida en la factura cuando se va a pagar. Los recibos dan casi siempre la oportunidad de alterarla, pero muchos clientes no se dan cuenta y terminan agregando más.
Este hábito está más arraigado en Miami Beach, pero en el aeropuerto de Miami es una obligatoriedad desde inicios del año pasado. En términos prácticos, significó que los empleados que estaban ganando unos 5,50 dólares la hora vieron sus sueldos dispararse a más de 10,50.
El cambio sucedió después que en 2018 los concejales del condado Miami Dade aprobaron una ordenanza que exige que las tiendas paguen a sus empleados un mínimo de 13,23 dólares la hora, pero deben asumir también los costos del seguro médico o, en su defecto, el sueldo debe subir a 16,40.
Así ocurrió, excepto para los empleados de restaurantes y cafeterías. Ellos quedaron de fuera del arreglo, pese a las protestas sindicales, pero se aceptó que a las cuentas se agregara una propina de 18%, incluida en el monto total. Además, los clientes siempre tienen la posibilidad de “arreglar” la cuenta y dejar otra propina.
De esta forma, muchos meseros comenzaran a ganar sueldos superiores a los 3,000 dólares mensuales. Pero ahora este beneficio se ha terminado.
La administración del aeropuerto, que es gestionado por el municipio, ha sacado de la manga una ordenanza de 1975 que prohíbe “pedir propina” a los clientes y considera que incluirla en la cuenta es una forma de pedirla. La medida entra en efecto el próximo 15 de abril.
“En una carta el 12 de marzo, el Departamento de Aviación del Condado dio a las compañías de restaurantes de la instalación dos opciones para cumplir el código: reemplazar la propina automática con sugerencias de propina en la cuenta o colocar un receptáculo para que los clientes dejen propia “siempre que se coloquen debidamente y tengan un aspecto agradable (por ejemplo, que no sea un frasco grande con un papel escrito a mano que diga ‘propinas’)”, reveló el diario The Miami Herald.
Para una mesera como Marie Avril la decisión es un desastre. “Las propinas son la mitad de mis ingresos. ¿Cómo voy alimentar a mis hijos y pagar las cuentas?”, se pregunta llorando esta empleada de la cafetería Spring Chicken en declaraciones al Herald. Veterana del aeropuerto, Avril trabaja allí desde hace 11 años, tiempo durante el cual ha vivido prácticamente de las propinas obligatorias que en la última década han subido escalonadamente en 10%, 15% y 18%.
Las empresas de restaurantes y cafeterías del aeropuerto se defienden argumentando que la propina obligatoria es fundamental para mantener los gastos operativos bajos.
En términos estadounidenses, el Aeropuerto Internacional de Miami no es de los más caros. No está en los listados de los 10 más caros ni en los 10 más baratos.
Sin embargo, en términos latinoamericanos –de donde provienen casi el 30% de sus clientes y la mayoría viene del tráfico aéreo nacional–, puede parecer carísimo.
Si se quiere consumir una cerveza hay que preparase para pagar 8 dólares, un whisky puede llegar a 18 dólares, pero la calidad de la comida deja mucho que desear y le pueden pedir por una hamburguesa congelada o un suchi confeccionado fuera de las instalaciones unos 15 dólares. El café cubano cuesta el doble que en la ciudad. No importa que sea la misma cafetería.
Así que a preparase. La próxima vez que utilice el aeropuerto más importante del sur de Florida prepárese para pagar más. Allá fuera es todo mucho más barato.
Ya comenzo la estampida. Nadie en su sano juicio trabaja la gastronomia en un aeropuerto muy concurrido por $5 la hora. El incentivo es la propina, que aumenta sustancialmente el salario semanal, y si esto no existe, no hay motivo para ejercer dicho trabajo.