Una noticia ha conmovido los medios y la sociedad norteamericana toda: el hallazgo, ayer y hoy, de explosivos en los correos de George Soros, Hillary y Bill Clinton y Barack Obama.
Soros fue acusado por el representante Matt Gaetz, un entusiasta de la llamada derecha alternativa (alt-right), de financiar la caravana de hondureños en marcha hacia los Estados Unidos, aunque después se retractara ante la evidencia de que la filmación que había puesto en un tuit –donde se ve a un individuo distribuyendo dinero en una cola– no correspondía a Honduras sino a Guatemala. La explicación que ofreció fue tan torpe como pueril: se la había enviado el gobierno de Honduras.
De cualquier manera, la acusación siguió rodando como bola de nieve, repetida una y otra vez por medios conservadores, más allá de la cadena Fox. Una manipulación que desconoce los factores endógenos que condicionan la emigración para colocarlos en conspiraciones políticas a contrapelo de la seguridad nacional.
Con ello logran adicionalmente un nuevo leit motiv, bueno para endurecer todavía más el discurso antinmigrante y la xenofobia característicos de las bases del trumpismo.
Con ese ánimo se cuenta, entre otras cosas, para ganar unas elecciones en las que al Presidente y sus acólitos les va la vida, porque se juegan un posible proceso de impeachment si los demócratas retoman la mayoría en la Cámara de Representantes.
Hoy miércoles temprano el Servicio Secreto dijo haber interceptado dos paquetes sospechosos dirigidos a Hillary Clinton y Barack Obama. El primero en el condado de Westchester y el segundo en Washington, DC. “Los paquetes se identificaron de inmediato durante los procedimientos de revisión de correo de rutina como posibles dispositivos explosivos y se manejaron adecuadamente como tales”, dio a conocer una nota del Servicio Secreto. “Los protegidos no recibieron los paquetes ni corrieron el riesgo de recibirlos”.
La agencia dijo también que había iniciado una investigación criminal que aprovechará todos los recursos federales, estatales y locales disponibles para determinar la fuente de los paquetes e identificar a los responsables.
La bomba de Soros fue enviada a su casa en Bedford, un suburbio al norte de la ciudad de Nueva York. Según trascendidos, fue construida a partir de un tubo de aproximadamente seis pulgadas de largo lleno de polvo explosivo, y fue detonado por expertos.
La Casa Blanca, por su parte, acaba de condenar el hecho. La portavoz Sarah Huckabee Sanders dijo en un comunicado: “Estos actos terroristas son despreciables, y todos los responsables serán responsables en la mayor medida posible de la ley”.
“El Servicio Secreto de los Estados Unidos y otras agencias de aplicación de la ley están investigando y tomarán todas las medidas apropiadas para proteger a las personas amenazadas por estos cobardes”.
Pero no fue todo. Poco después se conoció que el edificio de la Time Warner, en la ciudad de Nueva York, fue evacuado hoy miércoles por la mañana debido a que se encontró un paquete sospechoso en la sala de correo de la CNN.
No se conoce si era similar a los otros, pero no hace falta la confirmación técnica de los expertos para percatarse que se trata de una escalada terrorista con muy posibles vínculos electorales.
Una sociedad cada vez más polarizada donde el odio y el miedo se han convertido en realidades cotidianas, sometida ahora a la retórica de campañas electorales puede esperar acciones de este tipo. Y podría ser el principio de cosas mucho peores. Ojalá que no.
No se tiene qué ser un erudito. Esta todo claro. Conspiración sercana a las eleciones de Noviembre. Qué más?..