Estas elecciones de medio término no solo pasarán a los registros por haber sido, en efecto, un referéndum acerca de un Presidente y sus políticas, sino también por constituir una suerte de revuelta desde la base enviando hacia arriba un mensaje alto y claro: la diversidad cultural del país, no por gusto clasificado una vez por el sociólogo brasileño Darcy Ribeiro dentro de la categoría de pueblos trasplantados.
Lo anterior tiene un corolario: una galería de primerizas y primerizos en el legislativo. Como se sabe, una cantidad récord de mujeres de las comunidades hispana/latina (Verónica Escobar, Sylvia García, de Texas), nativa-americana (Deb Haaland, de New Mexico, y Sharice Davids, de Kansas), musulmana (Rashida Tlaib, de Michigan, e Ilhan Omar Win, de Minnesota), gay (Jared Polis, de Colorado) y LGBT (la propia Davids) se lanzaron a competir y lograron sus metas.
Otros, como los afro-americanos Andrew Gillum, de Florida, y Stacey Abrams, de Georgia, se encuentran disputando resultados y/o en recuentos. De acuerdo con los últimos reportes, la diferencia para gobernador de la península se ha reducido a 0.44%, lo cual ya no significa un final cabeza-a-cabeza sino más bien pelo-a-pelo: 49.61 para el republicano y 49.17 para el demócrata.
En Georgia, la contienda entre Bryan Kemp y la Stacey se tabula en 50.33% vs. 48.72%. El gerente y los funcionarios de campaña de esta última pelean: todavía hay muchos votos que deben ser contados, los suficientes como para forzar una segunda vuelta o un recuento obligatorio. Dos días después, no hay resultados convincentes.
En Massachusetts, estado de un sostenido componente liberal, Ayanna Pressley (1974) se impuso con el 100% de los votos ante la ausencia de un contrincante. Nacida en Chicago, se convirtió en la primera congresista afro-americana representando al 7mo. distrito de Massachusetts, el único de ese estado compuesto por residentes mayoritariamente no blancos y con alto componente obrero. Por su programa y perspectivas, la Pressley se ha colocado desde hace rato a la izquierda del Partido Demócrata. La atención médica para todos y la disolución de ICE, entre otros temas, resultaron preponderantes en su campaña. Una verdadera activista comunitaria, a la manera de Barack Obama y otros líderes demócratas. Alexandria Ocasio Cortez, que desde New York la apoyó, la definió por buenas razones como sister in service.
En New Hampshire, la también demócrata Safiya Wazir (1991) derrotó al republicano Dennis Soucy en la competencia por un escaño en la Cámara de Representantes. Madre de dos niños, escapó de Afganistán con sus padres y vivió en un campamento de refugiados de Uzbekistán, durante diez años, antes establecerse en Concord en 2007. La primera ex refugiada que gana un asiento en la legislatura estatal, dato sobremanera importante en un contexto en el que la palabra “refugiado” se ha querido convertir prácticamente en un anatema. Un interesante caso de asimilación y, a la vez, de biculturalismo.
Un emigrante mexicano, Jesús “Chuy” García (1956), llegó a la Cámara por el distrito 4 de Illinois ocupando el lugar de Luis Gutiérrez, que estuvo ahí durante diez mandatos sucesivos. Nacido en Durango y llevado Chicago a los diez años, se impuso por un amplio margen ante el republicano Mark Lorch (90.28% vs. 9.72%). Se trata de otro activista con una destacada hoja de servicios como miembro del Senado de llinois, entre otros cargos.
“Enfrentar a Donald Trump y compañía en Washington DC” fue una de las motivaciones de su campaña, declaración que va más allá del lugar común ante las consabidas posiciones del presidente acerca de los mexicanos y, por extensión, de los hispanos/latinos. Datos preliminares indican que en estas elecciones de medio término solo el 15% de ellos votó por los republicanos.
De origen colombiano, Catalina Cruz (1983) se convirtió en la primera ex dreamer elegida para la Asamblea del estado de New York. Se impuso en buena ley en el 39 distrito después de competir contra candidatos fuera del mainstream en los vecindarios de Jackson Heights, Corona y Elmhurst, todos en Queens, una de las áreas más diversas de la Gran Manzana y del país.
En la Florida, en el distrito 26 los mapas cambiaron de color con la victoria de Debbie Mucarsel-Powel sobre Carlos Curbelo (50.87% vs. 49.13%), un viraje en U en plena carretera. Y en el 27 también sobrevino el cambio después de una lid fundamental entre dos mujeres: Donna Shalala y María Elvira Salazar (51.75% vs. 45.77%).
Un primerizo discordante lo fue el republicano Dennis Haf, elegido después de muerto para la Asamblea del estado de Nevada (distrito 36). Con 72 años y amplia experiencia como pimp –esa sonora palabra inglesa para chulo– y dueño de prostíbulos, su cuerpo fue encontrado por una estrella sesentona del porn, el actor Ronald Jeremy Hyatt, más conocido por Ron Jeremy o “The Hedgehog” (“El Erizo”) y una conejita en uno de sus lupanares más famosos, el Love Ranch, a una hora de Las Vegas. Nada de humor negro, por las dudas: Haf ganó con el 63% de los votos frente a su rival demócrata, la educadora Lesia Romanov (“honest, ethical, hardworking”).
Es que según las leyes de Nevada, cualquier candidato que haya fallecido después del último viernes del mes de julio queda en la boleta –Haf se fue el 16 de octubre después de una o varias bacanales por su cumpleaños–, pero a los electores se les tiene que informar de su muerte con un volante colocado en los centros de votación. Ahora un panel de comisionados del condado debe llenar la vacante con una persona del mismo partido.
“Los votantes eligen a un chulo muerto sobre su oponente demócrata”, dijo un titular del New York Post, que cerró el caso con un epitafio lapidario: “He was truly one of a kind”.