La Cámara de Representantes de Estados Unidos destituyó al republicano George Santos acusándolo de delitos financieros.
Una sanción de esa naturaleza ha ocurrido solo cinco veces en la historia del país. Se necesitaba una mayoría especial de dos tercios de los 435 legisladores para votar la expulsión.
Hijo de inmigrantes brasileños, Santos había afirmado en su defensa ante el Congreso ser víctima de acoso.
Dos semanas atrás, un informe de legisladores republicanos y demócratas del Comité de Ética de la Cámara encontró “evidencia abrumadora” de mala conducta de Santos y alegó que había “tratado de explotar fraudulentamente todos los aspectos de su candidatura a la Cámara para su propio beneficio financiero personal”.
Santos se declaró no culpable de acusaciones federales como haber defraudado a los donantes de su campaña, así como de lavado de dinero y fraude electrónico.
Es acusado de emplear dinero de donaciones en cirugías con técnica Botox y como usuario del sitio web pornográfico Onlyfans, también de fraude con tarjetas de crédito y robo de identidad, así como de cobrar prestaciones por desempleo a las que no tenía derecho durante la pandemia de coronavirus.
Santos llegó al Congreso en 2022, ayudando a los republicanos a conseguir una mayoría en la Cámara.
Sin embargo, poco tiempo después salió a luz que había mentido sobre casi todo lo que aparecía en su aparentemente deslumbrante currículo.