El presidente estadounidense Donald Trump envió este viernes una notificación al Congreso en la que asegura su intención de desmantelar la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) antes del próximo 1 de julio.
El comunicado anuncia además que los programas de USAID que sigan funcionando lo harán a través del Departamento de Estado, y que solo se mantendrán aquellos que brindan “asistencia humanitaria, funciones sanitarias globales, inversión estratégica y programas limitados de seguridad nacional”, según informa la agencia EFE.
Foreign assistance done right can advance our national interests, protect our borders, and strengthen our partnerships with key allies. Unfortunately, USAID strayed from its original mission long ago. As a result, the gains were too few and the costs were too high.
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— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) March 28, 2025
Por su parte, el Secretario de Estado Marco Rubio dijo en un post en X que “desafortunadamente, USAID se desvió de su misión original hace mucho tiempo. Como resultado, los beneficios fueron muy escasos y los costos, demasiado altos”.
“Estamos reorientando nuestros programas de asistencia exterior para que se alineen directamente con lo que es mejor para Estados Unidos y sus ciudadanos”, afirma Rubio en la publicación.
Se espera que este nuevo paso al desmantelamiento total de USAID provoque varias impugnaciones legales, basadas en el hecho de que el camino de cierre de la agencia se está realizando sin la intervención del poder legislativo.
Este anuncio y el camino que seguirá hasta el 1 de julio significaría la “pena de muerte” de la institución que opera desde noviembre de 1961, y en la que laboraban más de 10 mil empleados en todo el mundo. Según CNN al cierre de la semana pasada, conservaban sus puestos de trabajo menos de 900 personas.
Estos despidos masivos ya han generado varias demandas de organizaciones de ayuda y de los propios trabajadores.
Contratistas de la USAID demandan al Gobierno de Estados Unidos
El pasado 24 de enero, a solo cuatro días de su entrada en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ordenó una congelación casi total de la ayuda exterior, lo que comenzó las afectaciones a las operaciones que realizaba la agencia.
El 10 de marzo, Marco Rubio anunció que el 83% de los programas de la USAID habían sido cancelados oficialmente.