Hoy miércoles por la tarde la Cámara de Representantes alcanzó suficientes votos para acusar al presidente Donald Trump por su papel en la incitación a un intento de golpe de Estado en el Capitolio de Estados Unidos. Trump es el primer presidente de la historia en ser acusado dos veces. Se le acusa de eso: “incitación a la insurrección”.
La Cámara votó 232 contra 197. Solicitó su destitución inmediata como presidente y la inhabilitación para volver a ocupar cargo alguno.
Diez legisladores republicanos rompieron filas con sus correligionarios y se pusieron del lado de los demócratas, entre ellos la representante Liz Cheney, de Wyoming, la líder de tercer rango del partido en la Cámara. Las deserciones marcan una ruptura dentro de un partido que hace apenas un año voto unánimemente en contra de acusar a Trump.
El representante Kevin McCarthy, de California, se pronunció contra el juicio político advirtiendo que “avivaría aún más las llamas de la división partidista”. Pero también culpó a Trump por el ataque al Congreso y rechazó las sugerencias de algunos de sus colegas en el sentido de que los de Antifa habían sido responsables del acto terrorista. Propuso censurar al presidente en lugar de acusarlo. “El presidente es responsable del ataque del miércoles al Congreso por parte de los alborotadores de la mafia”, dijo. “Debería haber denunciado inmediatamente a la mafia cuando vio lo que estaba ocurriendo”.
La votación preparó el escenario para el segundo juicio en el Senado. Pero el líder de la mayoría republicana en esa instancia, Mitch McConnell, dejó claro que no habrá juicio antes de que el presidente electo Joe Biden preste juramento.
Dijo en un comunicado: “La Cámara de Representantes ha votado para acusar al presidente. El proceso del Senado comenzará ahora en nuestra primera reunión ordinaria después de recibir el artículo de la Cámara. Dadas las reglas, procedimientos y precedentes del Senado que rigen los juicios de acusación presidencial, simplemente no hay posibilidad de que concluya un juicio justo o serio antes de que el presidente electo Biden jure el cargo la próxima semana. El Senado ha celebrado tres juicios de acusación presidencial. Han durado 83 días, 37 días y 21 días, respectivamente”.
Y más adelante: “Incluso si el proceso del Senado comenzara esta semana y avanzara rápidamente, no se llegaría a un veredicto final hasta después de que el presidente Trump deje el cargo. Esta no es una decisión que estoy tomando; es un hecho. El propio presidente electo afirmó la semana pasada que su toma de posesión el 20 de enero es el camino “más rápido para cualquier cambio en el ocupante de la presidencia. A la luz de esta realidad, creo que será mejor para nuestra nación si el Congreso y la rama ejecutiva pasan los próximos siete días completamente enfocados en facilitar una toma de posesión segura y una transferencia ordenada de poder a la administración entrante de Biden.
“Estoy agradecido a las oficinas e instituciones dentro del Capitolio que están trabajando las 24 horas, junto con las fuerzas del orden público locales y federales, para prepararse para una inauguración segura y exitosa en el Capitolio el próximo miércoles”.
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