Las promesas de flexibilidad en la política migratoria del presidente Donald Trump quedaron en el aire tras intensificarse las redadas y detenciones de trabajadores indocumentados en sectores clave de la economía estadounidense.
La dinámica represiva echa por tierra las declaraciones públicas del mandatario y añade incertidumbre y temor por igual en comunidades de inmigrantes y empresariales, relataron medios de prensa, entre ellos el portal alemán DW.
Rumbo inesperado
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) revocó recientemente la directriz que relajaba las redadas migratorias en granjas agrícolas, hoteles y restaurantes, sectores que dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante.
Esta decisión, tomada pese a que Trump insinuó que consideraría eximir a esos sectores de su política de deportaciones masivas, evidencia la inconsistencia de sus políticas y el uso de la migración dentro de sus argucias de distracción.
Según reportes de The Washington Post y confirmaciones de funcionarios del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), los agentes han recibido instrucciones de continuar con los arrestos de trabajadores indocumentados en estos sectores, contradiciendo el mensaje que el propio presidente había dado días antes tras la presión de empresarios agrícolas y hoteleros, precisaron agencias internacionales de prensa, entre ellas la Associated Press (AP).
Días atrás, Trump escribió en sus redes sociales que “se avecinan cambios”, insinuando que su Administración haría excepciones para los trabajadores indocumentados en sectores esenciales como la agricultura y la hostelería.
“Nuestros estupendos granjeros y la gente del negocio de la hostelería y el ocio han estado diciendo que nuestra política tan agresiva en materia de inmigración les está quitando trabajadores muy buenos con los que llevan mucho tiempo, y que esos puestos de trabajo son casi imposibles de reemplazar”, reconoció el mandatario.
Sin embargo, apenas unas horas después, altos funcionarios del ICE instruyeron a sus agentes a continuar con los arrestos en estos sectores, ignorando la supuesta pausa y dejando claro que las declaraciones públicas del presidente no se traducen en acciones concretas.
Presión empresarial y realidad en el terreno
La decisión de Trump de pausar temporalmente las redadas en sectores clave fue resultado de una llamada de la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, quien transmitió la creciente preocupación entre rancheros y empresarios hoteleros por el golpe económico que supondría perder a estos trabajadores.
Sin embargo, la presión de asesores como Stephen Miller, arquitecto de la política migratoria de Trump, revirtió rápidamente la medida, reanudando las redadas y dejando a miles de trabajadores en la incertidumbre.
Aaron Reichlin-Melnick, del American Immigration Council, señaló en redes sociales que Miller fue responsable directo del cambio de directriz, denunciando que “granjas, restaurantes y hoteles vuelven a ser objeto de redadas de ICE, con una intensa presión para que los agentes alcancen los 3 mil arrestos diarios”.
Impacto en migrantes y reacciones políticas
Para José Abel García, inmigrante guatemalteco en Los Ángeles, las promesas de Trump no han significado ningún alivio.
“Él sólo habla. Las redadas siguen pasando y va a ser difícil que él cumpla con eso porque no está actuando solo”, afirmó García, reflejando el sentir de miles de trabajadores que viven con el temor constante a ser detenidos y deportados.
Mientras las autoridades intensifican las redadas, grupos de activistas en ciudades como Los Ángeles han organizado patrullajes comunitarios para advertir a los vecinos sobre la presencia de agentes del ICE y proteger a los trabajadores de detenciones arbitrarias. “Ellos redoblan los esfuerzos, nosotros los triplicamos”, afirmó Francisco “Chavo” Romero, uno de los organizadores.
El cambio de estrategia de Trump ha priorizado las deportaciones en ciudades gobernadas por demócratas como Chicago, Los Ángeles y Nueva York, mientras supuestamente pausaba los arrestos en industrias dependientes de mano de obra extranjera.
El gobernador de California, Gavin Newsom, acusó a Trump de utilizar la migración como excusa para militarizar ciudades y consolidar poder político.
“Incitar a la violencia y el caos en los estados azules (demócratas), tener una excusa para militarizar nuestras ciudades, satanizar a sus oponentes, seguir violando la ley y consolidar el poder”, denunció Newsom en la red social X.
Por su parte, el representante federal demócrata Jesus “Chuy” García advirtió que los ataques de Trump a las ciudades demócratas responden a su temor ante las movilizaciones masivas, mientras que la representante Delia Ramírez lo acusó de intentar silenciar la disidencia política a través de la represión migratoria.
El caso de Mario Guevara
Entretanto, la agresividad de la política migratoria de Trump también ha alcanzado a quienes documentan y denuncian las redadas.
Mario Guevara, periodista salvadoreño radicado en Atlanta y conocido por su cobertura en vivo de operativos migratorios, fue arrestado mientras cubría una protesta y enfrenta ahora un posible proceso de deportación, a pesar de contar con autorización para vivir y trabajar en Estados Unidos y tener un hijo ciudadano estadounidense.
En 2004, Guevara huyó de El Salvador con su familia. Fue golpeado y acosado repetidamente debido a su trabajo como reportero político para el periódico La Prensa Gráfica.
La familia emigró a Georgia, donde Guevara trabajó como reportero para el periódico en español más grande del estado, Mundo Hispánico, hasta que lanzó su propio sitio de noticias en internet, MGNews.
La cobertura de Guevara sobre redadas de inmigración, a menudo documentada en vivo con la ayuda de una red de informantes, le ha ganado una gran popularidad en las redes sociales que supera los 782 000 seguidores tan solo en Facebook.