Marcus Lamb, el telepredicador y director de la red cristiana Daystar, famoso por oponerse a las vacunas contra el coronavirus, murió ayer martes de COVID-19.
La conservadora Christian Daystar Television Network anunció su fallecimiento en Twitter diciendo que su fundador “se fue a casa para estar con el Señor esta mañana”. Su esposa Joni confirmó su diagnóstico de coronavirus y que tenía “condiciones prexistentes”, incluida la diabetes. Falleció a los 64 años.
Daystar, una de las dos redes de televisión cristianas más grandes del mundo, tiene más de 70 estaciones que llegan a 100 millones de hogares estadounidenses en todo el país y a 680 millones de hogares en más de 200 países, según el sitio web de la red. Tiene su sede en Bedford, Texas.
Daystar ha transmitido segmentos y publicado información on line con información errónea sobre el virus, las vacunas y los tratamientos no probados para la COVID-19.
Marcus Lamb había alentado los tratamientos no aprobados para la COVID-19, incluida la Ivermectina y la Hidroxicloroquina. La Administración de Alimentos y Medicamentos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los Institutos Nacionales de Salud han advertido a los estadounidenses no utilizar ninguno de esos fármacos para tratar la COVID-19.
El sitio web de Daystar ha socializado una gran cantidad de información errónea sobre las vacunas, instando a no vacunarse y planteando preocupaciones en ese sentido.
Aproximadamente una semana antes de la muerte de Lamb, su hijo, Jonathan, dijo en una transmisión que la enfermedad de su padre era un “ataque espiritual del enemigo” para “derribarlo”.
Los evangélicos blancos se han resistido a las vacunas contra la COVID-19 en cantidades más altas que otros grupos religiosos estadounidenses. Los expertos señalan que la desconfianza en el gobierno y en la ciencia, alimentada por las teorías de la conspiración, constituyen las razones de esas actitudes.
Las vacunas siguen siendo la forma más segura y eficaz de prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes por la COVID-19. En medio de las crecientes preocupaciones sobre la variante Ómicron, los CDC están alentando a los estadounidenses a recibir sus inyecciones de refuerzo lo antes posible.