Kevin McAleenan dejará su cargo como secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, informó el presidente Donald Trump, quien agregó que anunciará un reemplazo la próxima semana.
Trump dijo que McAleenan quería pasar más tiempo con su familia e incursionará en el sector privado.
“Trabajamos bien juntos, y los cruces fronterizos se redujeron bastante”, tuiteó Trump.
Su salida crea otra vacante de alto nivel en el gabinete de Trump, en el departamento responsable no solo de aplicar las leyes migratorias, sino también de ayudar a los estados a realizar elecciones seguras.
En un tuit posterior, McAleenan dijo que quería agradecerle al presidente por su apoyo y que colaborará con el Departamento de Seguridad Nacional para facilitar la transición.
Asumió el cargo en abril tras la renuncia de la secretaria Kirstjen Nielsen, y fue la cuarta persona al frente de la dependencia en un periodo de dos años. Trump aún no ha nombrado un reemplazo. El subsecretario interino es David Pekoske, director de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés).
McAleenan, funcionario veterano de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés), era percibido como una persona sensata que podía manejar de forma eficaz la crisis fronteriza, pero al igual que con muchos funcionarios del gobierno antes que él, Trump eventualmente se disgustó con él.
Su permanencia en el cargo quedó marcada por las disputas internas y las luchas de otros funcionarios dentro del departamento por altos puestos, todo con un trasfondo de indignación y horror debido a los reportes de niños detenidos en condiciones deplorables e imágenes de quienes murieron mientras intentaban completar la travesía hacia Estados Unidos.
La agencia con 240.000 empleados está a cargo de la seguridad electoral y cibernética, la respuesta a desastres e incluso del Servicio Secreto. Pero para Trump, el Departamento de Seguridad Nacional significa una sola cosa: inmigración. El tema central del presidente convierte al departamento en blanco de su ira. Equilibrar los intentos de la Casa Blanca por concretar cambios drásticos con la realidad de la situación es un desafío constante.
McAleenan, quien tiene años de experiencia en materia fronteriza, era visto inicialmente en el círculo de Trump como alguien que podía controlar la crisis, a pesar de su postura moderada, y como alguien que presionó para que se restaurara la ayuda a las naciones centroamericanas.