El gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, firmó este viernes una controversial ley de elecciones aprobada horas antes por el parlamento estatal.
El concepto de la ley es dificultar el acceso a las urnas del electorado inclinado tradicionalmente hacia los demócratas y que le dio la victoria al presidente Joe Biden por apenas 12.000 votos de diferencia. Recuérdese que Georgia estuvo en la picota electoral hasta el último momento, cuando una legión de abogados intentó demostrar que las elecciones fueron torcidas y la victoria correspondía realmente al exmandatario Donald Trump, quien se involucró personalmente en la pelea. Al final, tanto el reconteo a través de las máquinas como el manual demostró la victoria del candidato demócrata.
Desde ese desenlace, el gobernador Kemp convirtió en prioridad la aprobación de una nueva ley electoral, que tiene vigencia apenas en el estado, pero se aplica a todas las elecciones tanto estatales como federales. Kemp promulgó rápidamente el proyecto de legislación, que impondrá nuevos requisitos de identificación a quienes voten por correo y elimina automáticamente a cerca de 200.000 electores que no tienen una licencia de conducir o un número de identificación estatal.
La ley también coloca trabas al uso de buzones para las boletas de voto ausente, acortará el período de realización de las elecciones de desempate e, increíblemente, penalizará a los grupos que entreguen comida y agua a los electores que se mantienen varias horas en las filas para votar, como sucedió en noviembre pasado en las últimas elecciones presidenciales.
En un comunicado, la congresista Nikema Williams, presidenta del Partido Demócrata en ese estado, calificó la medida como la “toma del poder partidista más flagrantemente racista de las elecciones en la historia moderna de Georgia”.
“Aunque no sorprende que Brian Kemp, el arquitecto de la supresión de votantes, esté vinculando su legado a este proyecto de ley racista y antidemocrático, no deja de ser una vergüenza. Él y sus compañeros republicanos están insultando la memoria de héroes como (el recientemente fallecido) el senador John Lewis, que arriesgaron sus vidas por el derecho al voto y, como resultado, están debilitando a los millones de ciudadanos que han ejercido ese derecho sagrado”, agregó Williams.
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El proyecto de ley debilitó algunas disposiciones controvertidas incluidas en borradores anteriores, entre ellas el cambio del martes para un domingo como día de la elecciones. Muchos activistas comunitarios consideran que si las elecciones se realizaran un fin de semana la tasa de abstención sería mucho más baja. Todas las elecciones políticas en Estados Unidos se llevan a cabo siempre un martes.
En una rueda de prensa el jueves, el presidente Biden calificó los esfuerzos de los republicanos para limitar los derechos de voto como “antiamericanos” y “ataques despreciables” contra la democracia. El viernes, en una visita sorpresa a Atlanta, Georgia, el mandatario en un comunicado volvió a reafirmar lo dicho el día anterior y calificó de “atrocidad” negar una botella de agua a los electores.
Los republicanos en más de una docena de estados, incluidas muchas regiones que fueron escenario de duros enfrentamientos electorales y se inclinaron hacia los demócratas en 2020, están sopesando leyes similares. “Lo que me preocupa es lo poco estadounidense que es toda esta iniciativa”, dijo el presidente.
Pero los republicanos defienden la idea de que esta reforma electoral era necesaria. “Nuestro objetivo es asegurar que los votantes en Georgia tengan confianza en el proceso electoral”, comentó el senador estatal republicano, Max Burns, al rotativo, The Atlanta Journal-Constitution. “Este es un paso sólido en la dirección correcta para brindar integridad a los votantes en Georgia”.