Un Senado dividido desechó el jueves los planes de los demócratas y de los republicanos para terminar con el cierre parcial del gobierno, que entró a su 34to día, lo que dejó al presidente Donald Trump y al Congreso sin una fórmula clara para poner fin a la parálisis de dependencias federales más larga en la historia de Estados Unidos y al daño que está causando a lo largo y ancho del país.
En una situación embarazosa para Trump que podría debilitar su posición si las negociaciones se tornan serias, la propuesta demócrata obtuvo un voto más que el plan del Partido Republicano. Hubo seis republicanos desertores, incluido el senador Mitt Romney, quien ha discrepado con el presidente en varias ocasiones.
Hubo ligeros signos de que los legisladores de ambos bandos buscan alguna forma de resolver el estancamiento. Sin embargo, el jueves era un día para que ambos partidos mostraran su simpatía por los trabajadores federales sin paga, aunque sin ceder terreno en su enfrentamiento por la exigencia de Trump de construir un muro en la frontera con México.
El Senado rechazó primero la propuesta republicana que reabría al gobierno hasta septiembre y le otorgaba a Trump los 5,700 millones de dólares que pidió para construir algunos segmentos del muro fronterizo, un proyecto que había prometido que México pagaría. La votación de 51 a favor y 47 en contra para la medida se quedó corta de los 60 votos que necesitaba para avanzar.
Minutos después, los senadores votaron 52 a favor y 44 en contra para la alternativa demócrata que buscaba abrir las agencias cerradas hasta el 8 de febrero y no incluía el financiamiento para el muro. Esta propuesta se quedó a ocho votos de su aprobación. Su intención es darle tiempo a los negociadores para buscar un acuerdo mientras restauraba los sueldos de 800,000 trabajadores gubernamentales que están a un día de no recibir su pago por segunda quincena consecutiva.
La disputa entre Trump y los legisladores demócratas –e incluso algunos republicanos– ha subido de tono con el paso de los días y la demora en la reapertura del gobierno. El enfrentamiento llevó al mandatario a posponer su discurso sobre el Estado de la Unión ante la negativa de Nancy Pelosi a que lo pronunciara en la Cámara de Representantes.
La situación también ha repercutido entre los estadounideses, los que, según una encuesta, culpan mayoritariamente a Trump por el cierre del gobierno y rechazan sus argumentos para construir un muro en la frontera con México.
La aprobación del presidente, de acuerdo con el sondeo, ha caído a su punto más bajo en más de un año: apenas el 34%.
AP / OnCuba