Ayer viernes el ejército de Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo en Somalia, la segunda acción de este tipo en una semana después de un hiato de varios meses. En un comunicado la portavoz del Pentágono, Cindi King, dijo que fuerzas estadounidenses habían lanzado un ataque contra militantes del grupo terrorista Al Shabaab cerca de Qeycad, Galmudug, Somalia.
Las fuerzas estadounidenses, retiradas en gran medida de Somalia durante la administración Trump, estaban “llevando a cabo una misión de asesoramiento y asistencia en apoyo a fuerzas amigas de Somalia”, dijo King, agregando que “no había fuerzas estadounidenses que acompañaran a las fuerzas somalíes durante esta operación”. La declaración no dio más detalles citando razones de “seguridad operativa”. Y se produjo después de que el gobierno somalí anunciara el ataque diciendo en un comunicado que “destruyó a los combatientes y armas de Al Shabaab con cero bajas civiles”.
Es el segundo ataque del ejército estadounidense en Somalia bajo la administración Biden. El primero ocurrió el martes pasado. Antes del martes, el ejército estadounidense no había lanzado un ataque aéreo en Somalia desde el 19 de enero, el día antes de que el nuevo presidente asumiera el cargo. Poco después Biden inició una revisión de la política sobre ataques con drones e incursiones de comandos en lugares como Somalia, que no se consideran zonas de guerra convencionales. El Pentágono ha dicho que el ataque del martes fue autorizado por el jefe del Comando de África de Estados Unidos, el general Stephen Townsend, y dijo que tenía autoridad para ordenarlo bajo “autodefensa colectiva”. “El ataque … fue ordenado por el general Townsend para actuar en defensa de nuestros socios somalíes, que estaban siendo atacados por al Shabaab”, dijo el miércoles el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby.”
La declaración del Pentágono cito una autorización de 2001 para el uso de la fuerza militar (AUMF), aprobada a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre. “Las fuerzas estadounidenses están autorizadas a realizar ataques en apoyo a las fuerzas asociadas designadas por el comandante combatiente en el marco de la AUMF de 2001”, dijo King.
Sin embargo, la explicación de “autodefensa colectiva” molestó a algunos legisladores estadounidenses que han estado presionando para controlar los poderes de guerra presidenciales. “Nos preocupa que nadie en la administración haya solicitado la autorización legal requerida del Congreso para el ataque con aviones no tripulados del martes en Somalia, especialmente sin fuerzas estadounidenses en riesgo, y aparentemente, ni siquiera lo consultaron con nuestro Comandante en Jefe”, dijeron Chris Murphy (D-Conn.), Mike Lee (R-Utah) y Bernie Sanders (I-Vt.) en un comunicado conjunto. “Necesitamos restablecer un sistema de frenos y contrapesos en nuestra seguridad nacional para hacer que el Congreso sea parte de estas decisiones sobre la guerra y la paz y poner los intereses del pueblo estadounidense al frente y al centro”, agregaron. “Es hora de acabar con las justificaciones legales cuestionables reclamadas por una administración tras otra para actos de guerra como este”.
La representante Ilhan Omar (D-Minn.), llegada a Estados Unidos como refugiada somalí cuando era niña, le escribió una carta a Biden cuestionando la justificación de la “autodefensa colectiva”. “Como saben, ‘autodefensa colectiva’ es un término con significados variables en el derecho nacional e internacional, y especialmente en el contexto de su revisión en curso de las autoridades de ataques aéreos, su uso merece una explicación más detallada en este caso. Es fundamental que nos demos cuenta de que no vamos a acabar simplemente con el problema de Al Shabaab. Cualquier acción es parte de una estrategia más amplia, centrada sobre todo en la seguridad del pueblo somalí y la estabilidad de Somalia”.