El estado de Florida se convirtió este sábado en el tercero de EE.UU. en superar los dos millones de casos de la COVID-19 en medio de críticas al gobernador, Ron DeSantis, que se niega decretar la obligatoriedad de las mascarillas, y de los desmanes de masas indisciplinadas de estudiantes en Miami Beach.
Florida junto con California y Texas son ahora los estados con mayor cifra de contagios de coronavirus desde comenzó hace más de un año la pandemia en Estados Unidos, donde han muerto más de 540.000 personas de esa enfermedad.
Con 2.004.362 casos de la COVID-19, Florida es solo superada por California, con más de 3,6 millones, y Texas con más de 2,7 millones. Nueva York, sin embargo, está a punto de igualar al “estado del Sol” con 1,9 millones.
Florida sumó este sábado más de 5.000 casos nuevos, especialmente el condado Miami-Dade, donde está la turística ciudad Miami Beach. Este condado sigue siendo el más afectado por la pandemia con 433.452 casos y 5.724 fallecimientos, según las cifras del Departamento de Salud de Florida divulgadas ayer.
Las últimas semanas, alcaldes locales, especialmente de Miami Beach, Dan Gelber, han dicho que se sienten con las manos atadas por la prohibición de castigar y multar a los infractores de los protocolos de distanciamiento y mascarillas impuesta por el gobernador.
El suroeste de Florida ha sido el más afectado por el patógeno, Además de Miami-Dade, hay una alta incidencia en Broward, con 20.780 casos y 2.591 muertos, y en Palm Beach, con 127.830 y 2.596, respectivamente.
El club Mar-a-Lago, en este último condado, propiedad del expresidente Donald Trump y donde reside desde enero pasado tras terminar su mandato de cuatro años, anunció este viernes que cerraba algunas de sus instalaciones debido a un brote de la COVID-19 entre sus empleados.
Entre tanto, la vacunación avanza en Florida con más de 2,6 millones de vacunados completamente, ya sea con compuestos de uno o dos dosis, y hay otros 2,1 millones con la primera dosis.
La vacunación contra el coronavirus cobra auge durante la última semana en Florida
Toque de queda en Miami Beach
Las autoridades de Miami Beach ordenaron el toque de queda a partir de las 8;00 de la noche de este sábado, cuando se cerrarían los viaductos de acceso a esta turística isla de Florida debido a las masas incontrolables durante el receso universitario de Spring Break.
Ninguna persona podrá circular en el área de South Beach, en el sur de Miami Beach donde se han presentado desmanes durante las últimas semanas, a partir de la 8:00 de la noche, y los restaurantes y bares deberán cerrar a esa mismas hora, anunció el Gobierno del alcalde Dan Gelber.
Las autoridades también cerrarán durante las noches el acceso a Miami Beach a través de los viaductos Julia Tuttle, MacArthur y Venetian, los tres principales que conectan Miami con el sur de Miami Beach. Solo será permitido el paso a residentes y personal de emergencia.
Las medidas estarán en vigor durante tres días, dijo Gelber en rueda de prensa, pero hay recomendaciones de otras autoridades para que se extienda.
Las cifras de detenidos durante las caóticas fiestas, que dejaron esta semana un joven muerto debido a heridas de bala, dan cuenta de más de 900 arrestos, la tercera parte por delitos graves, y el decomiso de decenas de armas de fuego.
La escenas de jóvenes con botellas de licor en bolsas de papel, los bailes indecentes encima de los carros y la reticencia a las mascarillas y la distancia social son frecuentes desde hace semanas en los bulevares aledaños a las playas desde tempranas horas de la mañana, mientras la violencia se apodera de las noches. La Policía de Miami Beach incluso ha tenido que disparar bolas de pimienta para deshacer multitudes.
El alcalde Gelber dijo que durante el día la situación es más controlable, pero que las noches son problemáticas. “Se siente como un concierto de rock en todas partes”, lamentó.
Gelber ha planteado que la solución es cambiar la naturaleza del lugar de un distrito de entretenimiento a uno cultural por su belleza y arquitectura art déco. En ese sentido señala que no se necesitan “145 bares que estén abiertos hasta las 5:00 de la mañana”.
Toque de queda en Miami Beach
Las autoridades cerraron los accesos ante la llegada de multitudes que esperaban celebrar las vacaciones universitarias de primavera.
Las medidas de emergencia coinciden con el récord de más de dos millones de casos de #COVID19 en Florida. /lm pic.twitter.com/Ah7xZiIc2i
— DW Español (@dw_espanol) March 21, 2021
El condado de Miami-Dade, donde está Miami Beach, es el más afectado de Florida por la pandemia, con más 5.700 fallecimientos.
El viernes, el icónico bar de Miami Beach (Florida) Clevelander anunció el cierre temporal al considerar que la ciudad no ha podido controlar la masas y no quiere poner en riesgo de la COVID-19 a sus empleados ni la estructura del lugar que ha sufrido destrozos en los últimos días.
Imágenes de televisión muestran los daños en el bar, ubicado en la popular South Beach, área donde se han presentado durante varias semanas desmanes y forcejeos entre policías y jóvenes estudiantes.
El Clevelander señaló que no puede someter a sus empleados del bar y restaurante a la indisciplina y agresión de los clientes, que no respetan la distancia social ni llevan mascarillas, y que les pagará sus mesadas como si estuvieran trabajando.
Aunque el hotel seguirá operando, el servicio de comidas y bebidas fue suspendido, en principio hasta el miércoles, para evitar especialmente los fines de semana, cuando empeora la situación, pero será extendido si persiste el descontrol.
Las fiestas se han extendido por todo al condado con reuniones ilegales en viviendas de áreas residenciales que se promocionan por la redes sociales con provocativas fotos, sin detallar la dirección del lugar para evitar la presencia policial.
Sin embargo las autoridades han intervenido en decenas de ellas por llamados de los vecinos sometidos a la algarabía y el desorden de decenas de estudiantes que llegan con licor, incluso a casas que están desocupadas y en venta, según denunció una investigación del canal 7News de Miami.
EFE / OnCuba