El gobernador de Florida, Ron DeSantis, logró reunir a su gabinete en Jerusalén este miércoles, después que una jueza estatal se amparó en un tecnicismo para rechazar una demanda que pretendía cancelar el cónclave.
La jueza Angela Dampsey, rechazó el pedido de la First Amendment Foundation, que pidió la cancelación de la reunión en la embajada estadounidense en Jerusalén evocando el Sunshine Law ya que se efectuaría a puertas cerradas, fuera del alcance público y sin el escrutinio de la prensa, aduciendo que el gobernador y sus abogados no fueron notificados de la demanda. La demanda fue secundada por los diarios Miami Heraldy Tampa Bay Times.
El tecnicismo le vino como anillo al dedo a DeSantis porque la demanda fue presentada por primera vez el martes por la tarde, cuando era de noche en Israel. La jueza la rechazó de inmediato y fue presentada por segunda vez el miércoles por la mañana en Florida, cuando por la diferencia horaria ya la reunión del gabinete se había llevado a cabo en la embajada en Jerusalén.
Dampsey rechazó la demanda diciendo que la abogada del gobernador no pudo recibirla de modo que pudiera prepararse para el caso y presentarse ante el tribunal. La cuestión es que, en este caso, la abogada de Ron DeSantis es la fiscal estatal Ashley Moody, que integra el gabinete del gobernador y se encuentra a su lado en Israel.
“La reunión ha sido definida como un ‘encuentro de información’. Sin embargo, aún creyendo esto, la ley es clara en cuanto a que la sesiones informativas se encuentran abarcadas por la Sunshine Law. La reunión se lleva a cabo a 6.000 millas de los ciudadanos de Florida y en una oficina sellada del Departamento de Estado a la cual el público no tiene acceso. Llevar a cabo un encuentro a esta distancia y en un espacio cerrado viola los derechos constitucionales y legales de los ciudadanos de Florida (y de la prensa) de poder asistir a los trabajos, y comentar sus incidencias a los funcionarios gubernamentales”, argumenta el texto de la demanda.
La reunión del gabinete se realizó durante media hora y tuvo un matiz ceremonial, donde los presentes intercambiaron sus puntos de vista sobre el viaje. Pero fue transmitida por Internet. En Tallahassee, la capital de Florida, varios empleados de la oficina de DeSantis y algunos periodistas siguieron la emisión en la sala de reuniones del gabinete, pero no se presentó ningún legislador. En Jerusalén, DeSantis no autorizó que los dos periodistas que lo acompañan asistieran a la reunión con sus ordenadores o teléfonos celulares, informó el diario Orlando Sentinel, cuya empresa matriz fue la única autorizada por De Santis a enviar un periodista en el viaje.
En la delegación viaja también un funcionario de la Asociación de Editores de Periódicos de la Florida, que ha estado enviado despachos sobre las declaraciones de DeSantis. Según su versión, este miércoles el gobernador abrió los trabajos del cónclave recordando que su gobierno ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel y puso a consideración una moción que declara al estado judío como “un verdadero amigo de Florida”. Después, los presentes intercambiaron anécdotas de otros viajes a Israel.
Una vez concluida la reunión, el gobernador promulgó una ley estatal que condena el antisemitismo en términos muy peculiares ya que criminaliza toda crítica u opinión negativa sobre el estado de Israel y el mundo judío. Se espera que la ley sea contestada en los tribunales por activistas defensores de la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión.
La noche del martes 29 de mayo en Tel Aviv, la portavoz del gobernador, Helen Ferré, no quiso comentar la demanda de la First Amendment Foundation.“No la he visto, no puedo decir nada”, afirmó. Poco después, el mismo gobernador dijo lo mismo; pero este miércoles por la mañana la calificó de “frívola”, en un comentario de pasillo con los dos periodistas que lo acompañan.
Pero rechazada la demanda, los activistas en Florida prometen que no se quedaran de brazos cruzados. Todavía no han decidido qué hacer, pero están “apuntando hacia la anulación de la reunión”, dijo la presidente de la fundación querellante, Barba Pettersen.
A inicios de semana el gobernador DeSantis sorprendió a aliados y adversarios con el insólito gesto de desplazar todo su gabinete a Israel para una reunión ordinaria. El viaje, que incluye una misión comercial, fue mantenida en el secreto absoluto.
“Prometí que iba a ser el gobernador en Estados Unidos más pro israelí y nuestra agenda en esta misión en Israel incluye muchas cosas que se harán por primera vez para estrechar los lazos con Israel, la única democracia en el Medio Oriente”, escribió DeSantis en un comunicado publicado estando ya en el aire.