Florida se encuentra desde la tarde de este viernes en estado de emergencia, lo cual la coloca bajo observación del Gobierno Federal a la hora de contar con ayuda para los eventuales estragos que provoque el huracán Isaías. Debe tocar tierra durante la tarde del sábado.
El estado de emergencia, ligeramente diferente al que ya impera por la pandemia de la COVID-19, tiene como principal impacto la congelación de los precios al consumidor, el levantamiento de los peajes en las autopistas, la apertura de albergues públicos y el confinamiento de enfermos graves en hospitales.
En rueda de prensa en la capital del estado, Tallahassee, el gobernador Ron DeSantis dijo que de momento el estado de emergencia se restringe a la costa este de Florida, que se encuentra dentro del cono de pronóstico de desplazamiento del organismo.
La medida faculta a las autoridades a activar mecanismos legales para agilizar los fondos necesarios para el rescate y recuperación de los estragos, la rápida movilización de personal y los suministros de emergencia como agua, alimentos, suministros médicos y ayuda a las víctimas.
Según el boletín de las 5 de la tarde del Centro Nacional de Huracanes, “el centro del huracán Isaías fue localizado por imágenes satelitales y por datos del radar de las Bahamas cerca de la latitud 22.6 norte, longitud 75.7 oeste, se desplaza hacia el noroeste a cerca de 24 km/h, y se espera un giro general hacia el noroeste con alguna disminución en la velocidad de traslación durante el próximo día, seguido por otro giro hacia el norte-noroeste la tarde del domingo”.
En términos de velocidad, tiene vientos máximos sostenidos de 120 km/h con ráfagas más fuertes. Se espera un fortalecimiento más tarde esta noche y el sábado. Sus efectos se sienten en un radio de 55 kilómetros y los vientos con fuerza de tormenta tropical llegan hasta 280 km.
Al final de la tarde, DeSantis voló a Tampa para encontrarse con el presidente Donald Trump. Dijo que quizás hará otra rueda de prensa.