Se trata de un caso, no raro en Miami, de policía vs. policía. El sindicato está de nuevo en guerra contra el jefe de policía del condado Miami-Dade. Y la razón no es otra que la pandemia de la COVID-19.
Todo comienza con unas declaraciones públicas del jefe policial, Art Acevedo, insistiendo en que todo su departamento debe vacunarse contra el coronavirus tras enterarse de un sondeo realizado entre 2 040 agentes. El 52.7% respondieron que se debían vacunar, el 25.3% que no y el 22% no contestaron la pregunta.
“Mucha de nuestra gente no está vacunada y si me salgo con la mía en las próximas semanas, diría que debemos vacunarnos. Creo que estamos cerca de hacer que todos se vacunen. Lo dejo así”, dijo el jefe en conversación con Sasha Tirador, una estratega política cubano-americana. Y agregó dirigiéndose a sus oficiales: “¿No te gusta? Ve a buscar tu propio trabajo. Estás poniendo al público en riesgo”.
Esto disparó inmediatamente las alarmas en la Orden Fraternal de Policía, el más influyente de los dos sindicatos policiales del sur de Florida. En un comunicado el líder del sindicato, el sargento Thomas Reys, criticó a Acevedo partiendo de la base de que este lo que quiere es hacer de la vacunación una obligatoriedad. Y en Florida todavía no lo es, y resulta poco probable que lo sea.
Reyes dijo que la entrevista a Tirador fue inflamatoria y que “no respetó a la disidencia de opiniones” dentro del cuerpo policial. Además lo acusó de ser “irrespetuoso, reprensible, inflamatorio y desmoralizador”. Aun así, “no estamos contra las vacunas” sino “fuertemente a favor de un permiso consentido y de la libertad de optar. Cada persona, incluyendo los oficiales de policía, debe tener la oportunidad de escoger protegerse a ellos y sus familias”, afirmó el líder sindical. Y lanzó un reto: si el jefe impone la obligatoriedad de la vacunación, el sindicato acudirá a los tribunales.
Acevedo es uno de los líderes en Miami-Dade que enfrentan oposición por políticas generales de salud pública que algunos desconfían o politizan.
El miércoles sostuvo que entiende que hay oposición, pero que continuará alentando a los oficiales a protegerse con la vacuna.
Si bien los epidemiólogos recomiendan tener disciplina con varios niveles de protección, como nasobucos y vacunas, hay personas que ven la implementación de estas políticas como una afrenta a las libertades individuales.
Reyes dijo que las amenazas y reclamos de egoísmo son injustas, ya que muchas personas en la comunidad policial no se sienten cómodas con la autorización de uso de emergencia de las vacunas por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y están esperando la aprobación oficial. “No quisiera que ninguno de nuestros residentes se viera obligado a vacunarse”, dijo Reyes refiriéndose a la población en general.
Por otro lado, sin la aprobación de la FDA el alcalde de Miami, Francis Suárez, ha dicho en varias ocasiones que la obligatoriedad de vacunarse no sería apropiada. Actualmente la ciudad de Miami exige que los empleados que no estén vacunados usen un nasobuco.