Donald Trump orquestó un “plan delictivo” para influir sobre las elecciones de 2016, aseguró la fiscalía de Manhattan este lunes en la primera sesión del histórico juicio al expresidente.
“Este caso es sobre una conspiración delictiva y un encubrimiento”, dijo el fiscal Matthew Colangelo en la presentación oral de la causa, citado por AFP.
“Orquestó un plan delictivo para influir en la elección presidencial de 2016”, refirió Colangelo, quien sostuvo que el magnate “mintió” en los libros contables “una y otra vez” para ocultarlo.
El juicio se lleva a cabo en paralelo al intento del Trump por volver a ocupar la Casa Blanca en las venideras elecciones
Con 77 años, el magnate está acusado de 34 delitos de fraude contable para encubrir el pago de 130 000 dólares a la exactriz de cine porno Stormy Daniels.
Con dicho pago buscaba silenciar un supuesto encuentro sexual ocurrido una década antes, en la recta final de la campaña de 2016 tras la cual ocupó la presidencia.
Al cabo de unas seis semanas de juicio, los doce miembros del jurado, cuyos nombres han sido ocultados por razones de seguridad, tendrán que emitir un fallo unánime que sellará el futuro de Trump.
Esto es una “interferencia electoral”, dijo por su lado el acusado al llegar al Tribunal Supremo de Manhattan. “Es un día triste para Estados Unidos”, agregó.
Si es declarado culpable, Trump podría ser condenado hasta cuatro años de cárcel e incluso ser despojado de su derecho a voto.
Si ganara la elección de noviembre contra aspirante y el actual presidente, Joe Biden, podría convertirse también en el primer mandatario que gobierna desde una cárcel, apunta AFP.
La Fiscalía tendrá que demostrar que Trump “orquestó” o al menos “autorizó” a su entonces abogado personal Michael Cohen para pagar a Daniels el dinero que después le fue devuelto en pagos fraccionados disfrazados como gastos legales.
En la causa, la Fiscalía también incluye otros acuerdos similares al de Daniels para tapar “otros potenciales escándalos”, como el de una antigua modelo de la revista Playboy y un conserje que contó que Trump había tenido un hijo fuera del matrimonio.
El fiscal del Tribunal Supremo de Manhattan, Alvin Bragg, que heredó el caso de su predecesor y después de muchas dudas acusó al magnate, aseguró que se trata de un caso de interferencia electoral.
Para sostener esta teoría, además de Cohen, los fiscales llamarán a declarar a otros antiguos colaboradores de Trump, y ahora enemigos.
El primero en subir al estrado será David Pecker, expresidente de la empresa editora del tabloide National Enquirer, que compró para enterrarlas, historias susceptibles de afectar al magnate durante su campaña electoral.
El multimillonario republicano, que se siente víctima de una “cacería de brujas” y tilda el juicio de “engaño”, se lamenta de que mientras su rival hace campaña, él debe acudir al tribunal de Manhattan.
Trump, que durante su presidencia tuvo dos intentos de destitución, se enfrenta a otras tres causas penales.
“Fue un día corto, pero pudimos tener una idea de los detalles que la fiscalía pretende ofrecer en su caso y los contornos de la defensa”, describía la jornada uno de los reporteros del The New York Times.