La campaña presidencial demócrata logró un nuevo impulso tras el reemplazo del presidente Joe Biden por la vicepresidenta Kamala Harris en julio pasado. Aunque Harris representa una continuidad respecto a las políticas del actual mandatario, lo cierto es que ha aportado su impronta en varios de los temas clave de la campaña electoral, incluso habiendo matizado algunas de sus posiciones más progresistas en el pasado. El hecho de defender los lineamientos generales de la actual gestión y diferenciarse de los puntos que hoy son vistos por la sociedad estadounidense como deficiencias obliga a la vicepresidenta a caminar por un sendero complicado.
En el primer y hasta ahora único debate entre Harris y Trump, la vicepresidenta logró lucirse y dejar expuesto al expresidente republicano en varias ocasiones.
Aquí, un repaso por algunas de sus propuestas más relevantes de cara a la elección del próximo 5 de noviembre.
Economía e impuestos
La inflación y el alto costo de vida es una de las principales preocupaciones de los estadounidenses, y uno de los puntos débiles de la actual gestión demócrata.
Con un discurso centrado en las oportunidades, Harris ha hecho hincapié en la defensa de la clase media y en garantizar el acceso a cuestiones clave como la atención sanitaria, infantil, la protección a los adultos mayores y la asequibilidad de los comestibles. Además, en su sitio web promete luchar “para reducir los impuestos de más de 100 millones de estadounidenses de clase media y trabajadora”.
Finalmente, ha insistido en la necesidad de garantizar alquileres a bajos precios y en garantizar el acceso a la casa propia. “La vicepresidenta Harris sabe que un hogar es más que una casa: representa seguridad financiera y una oportunidad para generar riqueza intergeneracional”, afirma su sitio web.
Sistema de salud
En materia de acceso a la salud, Harris plantea una continuidad en relación al trabajo de Biden para reducir los costos de los medicamentos recetados.
En relación con el Medicare, Harris ha sostenido diferentes posturas. Durante su campaña de 2020 abogó por un sistema de salud respaldado por el Estado para todos, sin eliminar los seguros privados. Sin embargo, la vicepresidenta parece haber dejado esa idea de lado.
“La vicepresidenta Harris convertirá la atención médica asequible en un derecho, no en un privilegio, al ampliar y fortalecer la Ley de Atención Médica Asequible y hacer permanentes las mejoras del crédito fiscal de [la Administración] Biden-Harris, que están reduciendo las primas de atención médica”, explica el sitio oficial de la candidata demócrata.
Derecho al aborto
Tras la revocación en junio de 2022 de Roe v. Wade, que garantizaba el derecho al aborto a nivel federal, Harris asumió el liderazgo de la campaña por la defensa de los derechos reproductivos.
En general, ha utilizado la batalla por el aborto como una de los principales ejes de confrontación contra Trump, responsable de la conformación de la Corte Suprema de Justicia, estructura que posibilitó la anulación de Roe v. Wade.
“La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz confían en que las mujeres tomen decisiones sobre sus propios cuerpos y no que el Gobierno les diga qué hacer. Donald Trump eligió a miembros de la Corte Suprema de los Estados Unidos para quitarles la libertad reproductiva, y ahora se jacta de ello. En sus palabras, ‘lo hice y estoy orgulloso de haberlo hecho’. Incluso pidió que se castigara a las mujeres que abortaran”, indica la campaña de Harris.
En concreto, en cuanto al acceso al aborto, Harris ha asumido posturas más progresistas que las que Biden llevó adelante en la campaña de 2020, llegando a criticar el apoyo del mandatario a la enmienda Hyde, una medida que bloquea el uso de fondos federales para la mayoría de los abortos.
Inmigración
Así como el aborto es usualmente visto como la herramienta de la campaña demócrata contra Trump, en el entorno del republicano la inmigración es vista como su punto fuerte frente a la vicepresidenta.
En ese contexto, Harris ha intentado contrarrestar las críticas, anunciando el apoyo a un aumento del número de agentes de la Patrulla Fronteriza y a duras medidas de seguridad fronteriza.
La vicepresidenta ha cambiado su posición sobre el control fronterizo desde su campaña de 2020, cuando sugirió que los demócratas debían “examinar críticamente” el papel del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Además, la Casa Blanca anunció que reduciría las solicitudes de asilo con el objetivo de limitar los cruces en la frontera entre Estados Unidos y México; una política que la directora de campaña de Harris indicó que continuaría bajo una eventual nueva Administración demócrata.
Política exterior
La guerra en Gaza y su expansión a la región es el problema de política exterior más delicado que enfrentará el próximo Gobierno de Estados Unidos, y ha provocado una multitud de protestas en todo el país, fundamentalmente entre sectores que podrían formar parte de la base social demócrata.
Harris ha repetido la línea de Biden en relación al “apoyo férreo” y el “compromiso inquebrantable” con Israel, así como la necesidad de recuperar a los rehenes y que el país tiene derecho a defenderse, aunque —señaló— “la forma en que lo hace es importante”.
Sin embargo, su posición respecto al sufrimiento infligido a los palestinos fue más contundente que la de Biden. Harris mencionó dos veces la “seria preocupación” por las muertes de civiles en Gaza —más de 40 mil—, la situación humanitaria y la destrucción, que calificó de “catastróficas” y “devastadoras”.
“El presidente Biden y yo estamos trabajando para poner fin a esta guerra de manera que Israel esté seguro, los rehenes sean liberados, el sufrimiento en Gaza termine y el pueblo palestino pueda hacer realidad su derecho a la dignidad, la seguridad, la libertad y la autodeterminación”, dijo durante su discurso de aceptación en la Convención Nacional Demócrata en agosto.
Sin embargo, la escalada de Israel no cesa y el camino de la paz no se distingue en el horizonte.
En relación con Ucrania, la otra guerra en curso, Harris se ha comprometido a apoyar al país contra Rusia, tras haberse reunido con el presidente Volodymyr Zelensky al menos seis veces y haber anunciado el mes pasado 1 500 millones de dólares para asistencia energética, necesidades humanitarias y otras ayudas para el país, devastado por la guerra.