Fue una sesión histórica. Acusado de abusar del poder presidencial al pedirle al presidente ucraniano investigar a a su rival político Joe Biden, y después de obstruir la acción del Congreso, Donald Trump se convirtió en el tercer presidente de EE.UU. en recibir la luz verde para el juicio político, una mancha que se considera imborrable para su mandato.
Una jornada de once horas, caracterizada por altos niveles emocionales y confrontaciones álgidas. “El sonido de la furia”, dijo un legislador. Y marcada, además, por procedimientos de alto poder simbólico.
Los republicanos pidieron un minuto de silencio por las elecciones de 2016. Un congresista acusó a los demócratas de tratar de cambiar sus resultados con un juicio político contra Trump. El legislador Bill Johnson pidió un minuto de silencio para recordar a “los 63 millones de estadounidenses que votaron por Trump y han sido olvidados”.
Todos los republicanos en la Cámara de Representantes se pusieron de pie. Los demócratas, por contraste, se mantuvieron sentados.
Desde temprano la Casa Blanca dijo en un comunicado que Trump estaría “trabajando todo el día”, pero que podría ver “algunos de los procedimientos entre reuniones”. Y el mismo presidente tuiteó: “ESAS MENTIRAS ATROCES DE LA IZQUIERDA RADICAL, LOS DEMOCRATAS QUE NO HACEN NADA. ESTO ES UN ASALTO A ESTADOS UNIDOS, Y UN ASALTO AL PARTIDO REPUBLICANO!!! “Todos estamos enojados”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
Los legisladores republicanos también compararon el proceso con varios momentos infames de la historia.
El representante Barry Loudermilk dijo en su discurso que los republicanos no han podido interrogar al informante anónimo cuya denuncias sobre las acciones de Trump en el incidente de Ucrania provocaron el proceso de juicio político. Y remató: “Poncio Pilatos concedió más derechos a Jesús” cuando fue “falsamente acusado de traición”.
Por su parte, el congresista Mike Kelly comparó el proceso con el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941. Dijo que este miércoles 18 de diciembre de 2019 y el día en el que se prevé que la Cámara de Representantes someta a Trump a un juicio político es “otra fecha que vivirá en la infamia”.
El propio Trump ha comparado el proceso con el de las brujas de Salem, en el que unas veinte personas sospechosas de brujería fueron condenadas a muerte en Massachusetts. Trump dijo que esas habían tenido “mayor debido proceso” que él.
Los demócratas señalaron en repetidas ocasiones que lo habían invitado a dar su testimonio ante la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes, pero que se había negado.
La Cámara votó por separado los artículos de impeachment. El primero, por abuso de poder, fue aprobado con 230 votos a favor y 197 en contra. Dos demócratas votaron con los republicanos: Jeff Van Drew, de Nueva Jersey, y Collin Peterson, de Minnesota. El segundo, por obstrucción al Congreso, tuvo 229 votos a favor y 198 en contra.
El debate, que muchos caracterizaron como “épico”, reflejó de nuevo la profunda polarización que define a la política estadounidense durante la llamada era Trump, no solo entre los legisladores de ambos partidos.
Una serie de encuestas publicadas durante la semana muestran que el público estadounidense se divide por igual sobre si destituir o no al presidente. Como promedio, el 47% apoya la destitución de Trump, el mismo porcentaje de quienes se oponen.