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Según informes de prensa, la Casa Blanca frustró los planes para devolver a Estados Unidos a Kilmar Ábrego García, padre de familia de Maryland, deportado a una megaprisión en El Salvador.
Los abogados federales comenzaron a discutir cómo corregir el error y devolver a García, de 29 años, casi inmediatamente después de su deportación el 15 de marzo, informó The Atlantic.
Esto incluyó la idea de que el embajador de Estados Unidos en El Salvador solicitara personalmente al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, la liberación de Ábrego García.
Los abogados del Departamento de Seguridad Nacional también discutieron la posibilidad de solicitar que Ábrego García fuera separado de los reclusos asociados con la pandilla Barrio 18.
Ábrego García declaró en su solicitud de asilo que miembros de la pandilla lo amenazaron a él y a su familia en San Salvador, razón por la cual huyó a Estados Unidos y entró como indocumentado a los 16 años.
Los planes para devolverlo —o garantizar su seguridad tras las rejas—, se concretaron después de que las autoridades se percataran de que un “error administrativo” fue la razón de su deportación a su país natal, a pesar de la existencia de una orden judicial de años de antigüedad que impedía lo deportaran a El Salvador.
El senador Chris Van Hollen, demócrata por Maryland, viajó a El Salvador para reunirse con el joven a principios de este mes.
La Corte Suprema ordenó al Gobierno facilitar su regreso, pero la institución ha alegado que no tiene la autoridad para hacerlo
Sin embargo, The Atlantic informa que tan rápido como se discutieron esos planes, la Casa Blanca intervino para deshacerlos.
“Los funcionarios de la Casa Blanca asumieron la responsabilidad y comenzaron a adoptar un tono mucho más estridente en sus declaraciones públicas”, escribió Nick Miroff en The Atlantic. “Convirtieron rápidamente la admisión de un error burocrático en una oportunidad política: una oportunidad para ejercer la autoridad ejecutiva y poner a prueba la capacidad del poder judicial para restringir el poder presidencial”.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, negó que se hubiera intentado devolver a Ábrego García. “El Gobierno siempre ha mantenido que Ábrego García era el hombre que legítimamente pretendíamos deportar porque es un inmigrante ilegal y miembro de la pandilla MS-13”, declaró a The Atlantic.
Según se informa, los abogados del Gobierno se dieron cuenta de su error días antes de que la familia de Ábrego García demandara a la Administración Trump.
Ábrego García permanece en El Salvador, donde no tiene contacto con su esposa estadounidense ni con sus abogados, a pesar de un par de órdenes judiciales que exigen que la Administración Trump facilite su regreso.
El presidente Donald Trump y sus allegados han ignorado hasta ahora esas órdenes, alegando que el asunto ya no está bajo su control porque Ábrego García se encuentra bajo custodia de El Salvador.
También se han mantenido firmes en que Ábrego García es un “líder” de la pandilla MS-13, a pesar de no haber presentado ninguna prueba que lo respalde.