Más de 100 manifestantes propalestinos fueron arrestados este martes en la Universidad de Columbia y en el City College de Nueva York, en medio de fuertes protestas estudiantiles contra la ofensiva israelí en Gaza que sacuden a la nación norteamericana.
La mayoría de los arrestos se realizaron en Columbia, entre ellos los de dos decenas de manifestantes que intentaron impedir que la policía ingresara al campus, detalló un funcionario policial citado por la cadena CNN.
La noche de este martes la policía neoyorkina entró a la Universidad de Columbia a desalojar el Hamilton Hall, un edificio universitario ocupado por manifestantes contra la guerra en Gaza.
Los agentes ingresaron al campus a pedido de la propia dirección de Columbia, que señaló que los ocupantes del Hamilton Hall habían ingresado por la fuerza y estaban dirigidos por “personas no afiliadas a la universidad”.
FOTOS: la Policía de Nueva York entra en un edificio de la Universidad de Columbiahttps://t.co/Gs9q2Qnfjw pic.twitter.com/Kc1HiMAha5
— CNN en Español (@CNNEE) May 1, 2024
Además, la dirección universitaria solicitó a la policía mantener su presencia en el centro al menos hasta el 17 de mayo “para mantener el orden y garantizar que los campamentos (de manifestantes propalestinos) no se restablezcan”.
Por su parte, un vocero estudiantil dijo a CNN que, aunque pudiera haber participación externa, las protestas en el campus están impulsadas por los estudiantes.
Mientras la policía entraba al edificio, los manifestantes dentro y fuera del campus coreaban “vergüenza” y “vergüenza para Columbia”, reseña BBC Mundo.
Debate polarizado
Lo sucedido en Columbia es el más reciente episodio de las protestas y detenciones, muchas de ellas violentas, que desde hace días se extienden por todo los Estados Unidos, y han polarizado aún más el debate en torno a los mortales ataques de Israel en Gaza.
No solo han sido detenidos estudiantes. También profesores y activistas contra la guerra y por los derechos humanos han sido reprimidos y arrestados por agentes policiales, entre ellos Jill Stein, candidata presidencial por el Partido Verde.
Según la CNN, desde el 18 de abril más de mil personas han sido arrestadas en más de 25 campus universitarios en al menos 21 estados. Aunque las protestas se han extendido a otros centros estudiantiles y lugares del país.
Mientras los estudiantes y sus partidarios reivindican su derecho a protestar y a oponerse a lo que consideran un genocidio israelí en Gaza, buena parte de la clase política estadounidense, aliada tradicional de Tel Aviv, ha acusado a los manifestantes de antisemitismo.
Figuras prominentes del Partido Republicano como el exmandatario Donald Trump, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, y el gobernador de Texas, Greg Abbot, han atacado verbalmente a los manifestantes y han pedido mano dura contra ellos.
También han criticado a Biden por no pronunciarse con más fuerza contra las protestas.
Mientras, el actual mandatario consideró que la toma del Hamilton Hall por los manifestantes fue “un abordaje absolutamente equivocado” y aseguró que “respeta el derecho a la libre expresión”, pero que las protestas deben ser “pacíficas y legales”.
Tras las manifestaciones universitarias, un vocero gubernamental afirmó que “no hay sitio para el antisemitismo en los campus ni en ningún otro lugar de EE.UU”.
En contraste, el College Democrats of America, la organización estudiantil del Partido Demócrata, condenó las detenciones y desalojos policiales en los campus y dio su apoyo a los manifestantes por “ver esta guerra como lo que es: destructiva, genocida e injusta”.
A la par, el senador judío progresista y exaspirante a la presidencia Bernie Sanders rechazó el vínculo mayoritario de las protestas estudiantiles con el antisemitismo. “La gran mayoría de la gente que protesta (…) está cansada y asqueada por esta guerra”, dijo, citado por EFE.
En esta misma cuerda, Omer Bartov, profesor judío y experto en el Holocausto y Genocidio de la Universidad de Brown, consideró que las acusaciones de antisemitismo contra las protestas universitarias son peligrosas porque se utilizan para “imponer un silencio sobre las políticas del gobierno israelí que han culminado ahora en la total destrucción de Gaza”.