Sheldon Adelson, el mejor benefactor electoral de Donald Trump, ha muerto este martes a pocos días del fin del mandato del presidente. Murió víctima de un linfoma. Tenía 87 años.
Adelson fue un empresario judío que controlaba la industria del juego en Las Vegas, Macao y Singapur, además de un fuerte contribuyente a las causas republicanas.
Aportó 160 millones de dólares a la reelección de Trump: 60 millones cuando la campaña del presidente agotó todos sus fondos, pese a que en determinado momento Trump entró en colisión con su benefactor porque le pareció que no lo estaba financiando lo suficiente.
El incidente le dio al presidente cierto trabajo para convencerlo, pero al final lo logró luego de un enorme trabajo de cabildeo del equipo republicano que controlaba la campaña presidencial.
Además de invertir mucho dinero en Israel, Adelson se destacó por asumir el gasto de la residencia del embajador de Estados Unidos en Israel cuando en diciembre de 2017 Trump rompió con décadas de la diplomacia estadounidense y ordenó el cambio de la embajada de Tel Aviv para Jerusalén, donde fue acreditada en 1857. Adelson gastó de su bolsillo 67 millones de dólares para comprar la mansión diplomática.
Trump se está quedando sin dinero y tiene dificultades para convencer a su mecenas
El empresario tuvo una infancia difícil. Durante la Gran Depresión vendió periódicos en las calles y luchó contra los matones en las calles de Boston. Sin inmutarse por los riesgos, los rivales o la ley, construyó una fortuna estimada por Forbes (2014) en 36.600 millones y por el Índice de multimillonarios de Bloomberg en 40.800 mil millones. Esto lo convierte en la octava o novena persona más rica del mundo.
En marzo de 2016, Forbes dio a conocer que el patrimonio neto de Adelson había caído a 25.200 millones de dólares, en gran medida debido a la disminución de los ingresos del juego en su casino gigante en Macao, en la costa sur de China, donde los enjambres de empresarios locales y funcionarios del Partido Comunista se dedicaban al juego. En una ofensiva contra la corrupción por parte del presidente Xi Jinping, Adelson se tomó la pérdida con calma y no tuvo ningún efecto aparente en su influencia política o en sus resultados, según el diario The New York Times.
El magnate logró superar esa crisis, en parte aprovechando la reforma política de 2010, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos levantó muchos de los límites de las contribuciones políticas. En los comicios de dos años después, era el mayor donante en términos financieros. Todo entregado a candidatos republicanos.
En mayo de 2016, después de que Donald J. Trump se convirtiera en el candidato presidencial republicano, Adelson le dijo en una reunión privada en Manhattan que estaba dispuesto a contribuir más para ayudar a elegirlo de lo que le había dado cualquier donante anterior. Y esa suma podría superar los 100 millones de dólares, según dos republicanos con conocimiento de la conversación.
Comenzó por darle apenas 25 millones directamente, pero lo demás se filtró mediante comités de contribución política. A esto hay que sumar los 5 millones de dólares que entregó al comité de organización de las ceremonias de la toma de posesion de Trump el 20 de enero del 2017.
Más de doce horas después de su fallecimiento, la Casa Blanca todavía no ha emitido un comunicado o una declaración de condolencia.