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El ambicioso paquete de recortes fiscales y nuevas restricciones sociales impulsado por el presidente Donald Trump sufrió un duro revés este viernes, cuando el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes rechazó la propuesta por 21 votos contra 16, con cinco republicanos de línea dura sumándose a los demócratas para bloquear el avance de la legislación, informó el periódico mexicano La Jornada.
Entre los puntos más polémicos del llamado “Único, Grande y Hermoso Proyecto de Ley” figuraba un impuesto de 5 % a las remesas enviadas al extranjero, una medida que desató la condena inmediata en México y El Salvador, principales países receptores de esos fondos.
Un revés inesperado en el Congreso
La votación en el Comité de Presupuesto, celebrada tras intensas negociaciones y bajo la presión directa de Trump para que los republicanos se unieran en torno a su megaproyecto, dejó en suspenso el futuro de la iniciativa.
Apenas dos días antes, el Comité de Medios y Arbitrios había dado luz verde al paquete, que además de gravar las remesas contemplaba recortes a subvenciones universitarias, ayudas médicas y proyectos de energía verde.
“Estamos emitiendo cheques que no podemos cobrar y nuestros hijos van a pagar las consecuencias”, declaró el representante republicano Chip Roy, uno de los cinco que se opusieron a la propuesta. “Este proyecto de ley es profundamente insuficiente; no cumple lo que decimos que hace con respecto a los déficits”, agregó.
El rechazo, aunque inesperado, refleja la creciente fractura dentro del Partido Republicano entre el ala conservadora, que exige recortes presupuestales más profundos, y los sectores moderados, preocupados por el impacto social de las medidas, comentaron agencias de prensa.
De acuerdo con las cifras del Banco Mundial, las remesas enviadas a los países de origen de los inmigrantes que están en Estados Unidos fueron de unos 656 mil millones de dólares en 2023, equivalente al producto interno bruto de Bélgica, refirió un informe de Associate Press (AP).
México: “Es discriminatorio y viola tratados”
La reacción en México fue inmediata y contundente. La presidenta Claudia Sheinbaum, en una conferencia conjunta con el secretario de Hacienda, Edgar Amador, y el canciller Juan Ramón de la Fuente, calificó el impuesto a las remesas de “discriminatorio” y una violación al tratado bilateral para evitar la doble tributación.
“No estamos de acuerdo con este impuesto que plantean los congresistas republicanos. No estamos de acuerdo, porque primero es discriminatorio, y segundo viola un tratado entre México y Estados Unidos”, afirmó Sheinbaum.
Por su parte, el secretario de Hacienda, Edgar Amador, detalló el impacto potencial de la medida: “Este impuesto es un gravamen a los envíos a sus familias de mexicanos que tengan papeles o no en Estados Unidos, de igual manera es para todos los residentes de otras nacionalidades, en una lista encabezada por la India. Las remesas llegan a constituir más de 20 % del ingreso familiar y contribuyen a la reducción de la pobreza y al mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades receptoras”.
En 2024, México recibió un récord de 64 700 millones de dólares en remesas, equivalentes al 3,5 % del PIB, según datos del Banco de México. El 96,6 % de ese flujo provino de Estados Unidos, con California y Texas como principales estados de origen.
El Salvador: “Un golpe a la economía y a la migración”
En El Salvador, la preocupación es igualmente profunda. El Banco Central de Reserva (BCR) estima que las remesas representan cerca de 24 % del PIB salvadoreño, y más del 90 % de estos fondos provienen de Estados Unidos.
El impuesto del 5 % supondría una pérdida de más de 400 millones de dólares anuales para las familias salvadoreñas, muchas de las cuales dependen de estos envíos para el consumo básico y el mantenimiento familiar.
“Sería otra afectación para la economía del país”, advirtió un portavoz del BCR. “En el primer trimestre de 2025, El Salvador recibió 2 090 millones de dólares en remesas, un alza de 19,4 % respecto al mismo periodo de 2024, al menos 341 millones adicionales que enviaron los salvadoreños en suelo estadounidense”.
En paralelo, Rommel Rodríguez, investigador de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), señaló: “Las remesas son determinantes para que los niveles de pobreza no sean mayores de los que ya están”.
El Gobierno salvadoreño, un fuerte aliado de Washington, permanece en silencio y mantiene consultas con otros países de la región y con organismos multilaterales para evaluar acciones conjuntas.