Once días después asesinato del activista Charlie Kirk, miles de seguidores se congregaron para rendirle homenaje en un acto que trascendió el duelo para convertirse en proclamación política y religiosa.
“Fue un terrible atentado contra los Estados Unidos de América. Fue un atentado contra nuestras libertades más sagradas y nuestros derechos fundamentales, otorgados por Dios. El arma estaba apuntada contra él, pero la bala iba dirigida contra todos nosotros, contra cada uno de nosotros”, aseguró el presidente Donald Trump en el evento, que tuvo las dimensiones de un gran funeral de Estado, según lo vio la agencia española EFE.
Trump apareció en el escenario del Estadio State Farm una hora después de lo previsto y, frente a una multitud de 73 000 personas, no dudó en calificar a Kirk como “héroe nacional” y uno de “los más grandes patriotas de la historia de EE.UU.”, así como y una de las “figuras más influyentes” de las elecciones que lo colocaron en el poder en noviembre de 2024.
This is the turning point. pic.twitter.com/jEXfkr1nsv
— The White House (@WhiteHouse) September 21, 2025
Antes del presidente, Erika Kirk, la viuda del activista ultraconservador asesinado de un balazo el 10 de septiembre mientras ofrecía una charla en la Universidad Utah Valley, subió al escenario vestida de blanco para dedicar unas palabras a su esposo.
Medalla Presidencial de la Libertad a Kirk
Entre lágrimas, la ahora directora ejecutiva de Turning Point, la organización sin fines de lucro dedicada a promover valores conservadores entre los jóvenes en EE.UU. fundada por su marido, aseguró que perdonaba al joven de 22 años sospechoso de haberle quitado la vida.
Trump también recordó, para algarabía de los presentes, que le otorgaría de manera póstuma la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil que se entrega en Estados Unidos, en una ceremonia en Washington.
“Gracias a él estamos aquí”
El evento, que se extendió por casi cinco horas, también contó con la intervención del vicepresidente, JD Vance, quizás el más cercano al activista y uno de los más ovacionados de la jornada.
Vance también atribuyó parte de su triunfo electoral, y el del presidente, al legado de Kirk: “Toda la Administración está aquí y no solamente porque era nuestro amigo, sino porque gracias a él estamos aquí”, mencionó.
Los discursos de todos los líderes evidenciaron la consolidación definitiva del vínculo entre el conservadurismo cristiano y el trumpismo. El presidente aseguró que, además de su compromiso de “devolver la grandeza a Estados Unidos”, también buscaba “traer de vuelta a Dios al país”.
Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, comparó la labor del activista con la de Jesucristo, destacando que Kirk era conocido por acercarse a los jóvenes en las escuelas para promover los valores del Partido Republicano.

Desde la madrugada, decenas de miles de personas esperaron a las afueras del Estadio State Farm, en Arizona, decididas a rendir homenaje a Kirk. Ataviados con los colores patrios y camisetas con lemas como “Libertad” o “Yo soy Charlie Kirk”, los asistentes buscaban honrar el legado del activista.
Kirk, “una especie de mediador”
El evento para honrar a Kirk dio paso a un quién es quién en la segunda administración de Trump, según subraya CNN.
Antes del discurso del presidente, se vio a Trump sentado junto a Elon Musk, el exjefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental que ha estado en desacuerdo con Trump en los últimos meses. “Durante el discurso de Hegseth, Trump se inclinó y le dijo algo a Musk; ambos gesticulaban y el multimillonario tecnológico asentía repetidamente”, apunta la cadena estadounidense.
Para esta fuente, Kirk fue una especie de mediador entre Musk y Trump tras sus desencuentros. Había mantenido el contacto con Musk, a menudo enviándole mensajes de texto, incluso para decirle que su retórica negativa sobre el proyecto de ley perjudicaría la agenda general de Trump, según dijo una fuente a CNN. Musk fue receptivo a Kirk y sus comentarios, según la fuente.
El acto de ayer fue designado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) con la calificación de seguridad más alta de la agencia, y también contó con discursos del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., o la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard.