El exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, se declaró en quiebra ante un tribunal federal de la ciudad este jueves, pocos días después de que un jurado le ordenara pagar 148 millones de dólares a dos extrabajadoras electorales de Georgia a quienes acusó por difamación.
En los documentos entregados, Giuliani reportó deudas de entre 100 y 500 millones de dólares y activos por valor de hasta 10 millones de dólares.
Entre sus acreedores se incluye el hijo del presidente Joe Biden, Hunter, pero no se conoce a ciencia cierta la cantidad que Giuliani le debe. Hunter Biden demandó en septiembre a Giuliani por violar su privacidad al llevarse datos supuestamente tomados de su computadora portátil.
Esta decisión ya era esperada: Giuliani se ha quejado en diversas oportunidades de sus deudas. “La presentación no debería ser una sorpresa para nadie”, dijeron en un comunicado Heath Berger y Gary Fischoff, los abogados de quiebras de Giuliani. “Nadie podría haber creído razonablemente que el alcalde Giuliani sería capaz de pagar una cantidad punitiva tan elevada”.
Giuliani tendrá tiempo para presentar una apelación y brindará transparencia y equidad a los acreedores, dijeron los abogados.
Exabogado de Trump deberá pagar 148 millones de dólares a dos trabajadoras electorales de Georgia
El veredicto del jurado, emitido del 15 pasado de diciembre, se produjo tras un juicio sobre los daños y perjuicios que Giuliani debe pagar a Ruby Freeman y su hija Wandrea “Shaye” Moss por daños a su reputación y otros impactos, incluida la pérdida de salarios y la angustia mental.
“Las mentiras que Rudy Giuliani dijo sobre mí y mi mamá”, dijo Moss frente al tribunal después del veredicto, “han cambiado nuestras vidas”.
Giuliani se ha defendido en múltiples tribunales en asuntos que van desde cargos penales hasta difamación civil, acumulando millones de dólares en honorarios y gastos. A medida que aumentaban los costos, Giuliani admitió en un caso civil, a principios de agosto, que estaba “teniendo dificultades financieras” y le pidió a un juez posponer algunos pagos.
Sus problemas legales incluyen, entre otros, una acusación en Georgia por cargos de extorsión y conspiración. Se declaró inocente.
Giuliani también fue demandado por difamación por las empresas de software electoral Dominion Voting Systems Inc. y Smartmatic Corp. debido a sus falsas afirmaciones de fraude electoral.
En el camino, se atrasó en el pago de cientos de miles de dólares adeudados a una empresa que maneja los registros que necesita en los tribunales. En septiembre, el bufete de abogados que representaba a Giuliani lo demandó por 1,4 millones de dólares por honorarios no pagados.
Giuliani se ha quejado de que no tiene dinero para defenderse en todos los casos. Trump organizó una recaudación de fondos de 100 000 dólares por persona en septiembre en su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, para ayudarlo a pagar sus facturas legales.
En julio puso a la venta un apartamento de tres habitaciones en el Upper East Side de Manhattan por 6,5 millones de dólares.
Al principio de su carrera, Giuliani utilizó la ley federal contra el crimen organizado para encerrar a los jefes de la mafia y vigilar el uso de información privilegiada en Wall Street cuando se desempeñó como fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York en la década de los 80. Esto le ayudó a ascender a la alcaldía, y su liderazgo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 obtuvo el reconocimiento mundial. Él mismo buscó la nominación presidencial republicana en 2008.
Más tarde se unió al equipo legal de Trump e impulsó teorías de conspiración desacreditadas en un intento por anular las elecciones presidenciales de 2020.
Sus facturas legales se acumularon y sus esfuerzos por pagarlas se vieron frustrados cuando se suspendió su licencia de abogado en el estado de Nueva York y en el Distrito de Columbia.
Posteriormente se enfrentó a un proceso de inhabilitación profesional.