El Tribunal Supremo de Estados Unidos falló este jueves en contra de la discriminación positiva en las universidades, al opinar que Harvard y la Universidad de Carolina del Norte violaron la Constitución al utilizar la raza como un factor en el proceso de admisiones.
La opinión fue escrita por el presidente del alto tribunal, el juez John Roberts, y apoyada por los cinco magistrados conservadores. Las tres juezas progresistas se opusieron.
Justice Sonia Sotomayor, in her dissenting opinion in the case about race-conscious admissions programs at Harvard, said the Supreme Court had turned its back on 45 years of jurisprudence aimed at promoting more inclusive and equal schools. https://t.co/5aE276bXHN pic.twitter.com/3NCkOqHZuJ
— The New York Times (@nytimes) June 29, 2023
“Muchas universidades han (…) concluido, erróneamente, que la piedra angular de la identidad de un individuo no son los desafíos superados, las habilidades construidas o las lecciones aprendidas, sino el color de su piel. Nuestra historia constitucional no tolera esa decision”, cita la agencia Efe de la sentencia.
Aun así, el fallo destaca que nada prohíbe que las universidades consideren cómo la experiencia de un estudiante con el racismo ha afectado a su vida en el proceso de admisión.
En concreto, los jueces consideran que el proceso de admisiones de Harvard y la Universidad de Carolina del Norte, dos de las instituciones más longevas del país, violan la decimocuarta enmienda de la Constitución, que garantiza la igualdad ante la ley.
En el caso de Carolina del Norte, la acusación argumentaba que la política de admisiones era discriminatoria contra los candidatos blancos y asiáticos frente a los afroamericanos, hispanos y nativos americanos, mientras que en el de Harvard, un grupo de estudiantes asiáticos denunciaron el uso de criterios subjetivos para limitar el número de candidatos aceptados.
La jueza progresista Sonia Sotomayor, que históricamente ha defendido la capacidad de las universidades para considerar la raza en el proceso de admisiones, escribió en su opinión de disentimiento que la decisión de los magistrados conservadores “revierte décadas de precedentes y de importante progreso”.
El Tribunal, según Huffingtonpost, pone fin así a una doctrina que comenzó a aplicarse en 1978 y que se consolidó en 2003.
La lucha contra la violencia hacia las mujeres se lleva el premio flaco
Los efectos de la sentencia podrían ser especialmente notables en las universidades más reclamadas, en la que la discriminación positiva funcionaba como una forma de garantizar la diversidad de sus estudiantes.
Según Amnistía Internacional, la discriminación positiva comprende acciones dirigidas a reducir prácticas de discriminación en contra de colectivos excluidos y marginados.