La publicación de los registros de impuestos de Donald Trump por el New York Times la noche de hoy domingo, constituye sin dudas una de las mayores noticias-bomba en la campaña electoral de 2020, caracterizada por varios escándalos, la controvertida nominación a la Corte Suprema de una jueza ultraconservadora y la pandemia de la COVID-19, que ha afectado las vidas de 7 millones de estadounidenses y dejado más de 200.000 fallecidos.
Trump ha guardado celosamente sus declaraciones de impuestos. Es el único presidente de los tiempos modernos que no las ha hecho públicas.
El informe del Times se sustenta en declaraciones de impuestos que abarcan un periodo de dos décadas: Trump no pagó impuestos federales sobre la renta en 11 de los 18 años que examinó el periódico. En 2017, después de llegar a la Casa Blanca, su factura de impuestos fue de solo 750 dólares.
Por contraste, Barack Obama y George W. Bush pagaron cada uno más de 100.000 dólares al año.
Trump está involucrado en una auditoría de una década con el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) en torno a un reembolso de impuestos de 72,9 millones de dólares que reclamó y recibió después de declarar enormes pérdidas. Un fallo en su contra podría costarle más de 100 millones, anotó el periódico.
Y añadió: “En 2011, el IRS inició una auditoría para revisar la legitimidad del reembolso. Casi una década después, el caso sigue sin resolverse por razones desconocidas, pero podría terminar en un tribunal federal, donde devendría un asunto de dominio público”.
También informó: “Los registros privados de Trump muestran que su compañía una vez pagó $747.622 en honorarios a un consultor no identificado para proyectos hoteleros en Hawai y Vancouver. Los formularios de Ivanka Trump, que tuvo que presentar cuando se unió al personal de la Casa Blanca, en 2017, muestran que había recibido una cantidad idéntica mediante una empresa de consultoría de la que era copropietaria”.
El Times fue categórico al evaluar el estado de los negocios de Trump, de los que a menudo se jacta al proyectar una imagen de maestro y hombre de éxito: “Las principales empresas de Trump, desde su constelación de campos de golf hasta su hotel de Washington DC, informan que pierden millones, si no decenas de millones de dólares año tras año”.
Desde 2000, Trump ha informado haber perdido más de 315 millones de dólares en sus campos de golf. Su hotel de Washington DC, que abrió en 2016 y ha sido objeto de mucha especulación con respecto a leyes federales, ha perdido más de 55 millones de dólares.
El rotativo también informó que Trump se enfrenta a una importante factura financiera, toda vez que en los próximos cuatro años vencerán cientos de millones de dólares en préstamos. Trump, dijo, es personalmente responsable de muchas de esas obligaciones.
Según el texto, “en la década de 1990 Trump casi se arruinó al garantizar personalmente cientos de millones de dólares en préstamos, y desde entonces ha dicho que lamentaba haberlo hecho. Pero ha vuelto a dar el mismo paso, como lo demuestran sus registros fiscales. Parece ser responsable de préstamos por un total de 421 millones de dólares, la mayoría de los cuales vencen en cuatro años”.
En un resumen del problema y de sus implicaciones, el Times escribió: “Si ganara la reelección, sus prestamistas podrían colocarse en la posición sin precedentes de sopesar la ejecución hipotecaria de un presidente en funciones”.
Alan Garten, un abogado de la Organización Trump, dijo que “la mayoría, si no todos, los hechos [del Times] parecen ser inexactos”. Garten afirmó, además, que el presidente “ha pagado decenas de millones de dólares al Gobierno Federal, incluyendo el pago de millones en impuestos personales desde que anunció su candidatura en 2015”.
Por su parte, el presidente contradijo el informe del Times en conferencia de prensa desde la Casa Blanca. Dijo que se trataba de “noticias falsas” e “inventadas”, pero afirmó de nuevo que no puede divulgar sus impuestos porque está siendo auditado.
“En realidad, pagué los impuestos y los verán tan pronto como termine mi declaración”, dijo. “Está bajo auditoría. Ha estado bajo auditoría durante mucho tiempo. El IRS no me trata bien […]. Pero está bajo auditoría y cuando no lo esté, estaré orgulloso de mostrárselas. Eso es solo una noticia falsa. […] Las historias que leo son tan falsas, tan falsas”.