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El presidente Trump advirtió el martes a los posibles manifestantes que planean asistir al desfile militar del sábado en Washington, D.C., que se enfrentarán a un “uso excesivo de la fuerza”.
“Si algún manifestante quiere salir, se enfrentará a un uso excesivo de la fuerza”, declaró Trump en el Despacho Oval. “Quienes quieran protestar se enfrentarán a un uso excesivo de la fuerza. Y ni siquiera he oído hablar de ninguna protesta”.
Se planean protestas en todo el país el sábado para contrarrestar el desfile militar. El evento contará con tanques, vuelos aéreos y otros dispositivos militares. Trump pronunciará un discurso el sábado por la noche. El 14 de junio es el 79 cumpleaños del presidente.
Grupos de defensa han organizado eventos “Sin Reyes” para contrarrestar lo que consideran un autoritarismo progresivo. Los organizadores han afirmado que no hay ningún evento “Sin Reyes” planeado en Washington, D.C., aunque sí se planean otras contramanifestaciones.
Las advertencias de Trump a los manifestantes se producen en un momento en que su Administración ha movilizado a la Guardia Nacional y otras tropas en Los Ángeles para reprimir las protestas que se están llevando a cabo en la ciudad contra las redadas de inmigración.
Funcionarios estatales y locales han rechazado el uso de la Guardia Nacional, calificándolo de escalada.
Trump y otros republicanos han destacado casos de violencia, como manifestantes quemando autos y lanzando trozos de bordillos a la policía, para justificar la extraordinaria respuesta.
Los demócratas han condenado ampliamente la violencia, al tiempo que defienden el derecho de los críticos de Trump a protestar pacíficamente.
“La protesta es una herramienta poderosa, esencial en la lucha por la justicia”, declaró la exvicepresidenta Kamala Harris el domingo. “Sigo apoyando a los millones de estadounidenses que se alzan para proteger nuestros derechos y libertades fundamentales”.
El Gobierno ha movilizado a efectivos de la Guardia Nacional de California y 700 marines en servicio activo a Los Ángeles, una medida que, según informó el Pentágono el martes, costará aproximadamente 134 millones de dólares.