El presidente Donald Trump defendió las políticas de protección fronteriza de su gobierno frente al aumento de la indignación en el país por la separación forzosa de los niños migrantes de sus padres.
Se necesitan medidas estrictas para combatir la inmigración ilegal, afirmó el mandatario, y declaró que Estados Unidos “no será un campamento de migrantes”.
Imágenes de niños detenidos en jaulas alimentaron las declaraciones de condena por parte de ambos partidos políticos, de cuatro ex primeras damas y de líderes evangélicos. Los niños son detenidos separados de sus padres, quienes son procesados bajo la política de “cero tolerancia” del gobierno para los cruces fronterizos ilegales.
“Digo que la culpa recae con bastante fuerza en los demócratas”, declaró el lunes Trump, mientras su gobierno rechazaba las críticas de que su política resultaba en condiciones inhumanas e inmorales.
Trump señaló algunas políticas indulgentes que en gobiernos anteriores no derivaban en cargos contra todos los migrantes que ingresaron ilegalmente en el país.
Los legisladores republicanos están cada vez más preocupados sobre las consecuencias negativas que la controversia acarreará a sus campañas de reelección de este año, y Trump tenía previsto ir el martes el Capitolio para asistir a una sesión a fin de abordar una posible iniciativa.
Poniendo de relieve la sensibilidad del tema, se integrarán cláusulas que restrinjan la separación de los niños migrantes de sus padres en una iniciativa de ley que está siendo considerada en la Cámara de Representantes, dijo el lunes un colaborador legislativo republicano. Una cláusula similar ya está incluida en la medida de inmigración negociada entre los republicanos conservadores y moderados, y la Cámara de Representantes tiene previsto someter ambas propuestas a votación en el transcurso de la semana.
El gobierno confía en obligar a los demócratas a votar las iniciativas o asumir parte del costo político en las elecciones de noviembre.
Mientras tanto, el gobierno asegura que tampoco le agrada la separación de las familias, pero que los migrantes que lleguen en forma ilegal simplemente no serán dejados en libertad ni se les dará un vago seguimiento.
“Estados Unidos no será un campamento de migrantes ni un centro de refugiados”, declaró. “No durante mi presidencia”.
Casi 2,000 niños fueron separados de sus familias durante un período de seis semanas entre abril y mayo, después que el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció una política de “cero tolerancia” que ordena que todos los arrestados por entrar al país ilegalmente sean referidos a la fiscalía para que se les presenten cargos. Los procedimientos anteriores contemplaban cargos limitados a integrantes de muchas familias, debido en parte a que las disposiciones prohíben detener a los menores con sus padres en virtud de que los niños no están acusados de delito alguno, a diferencia de sus padres.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, rechazó las acusaciones que la dependencia esté actuando de manera inhumana e inmoral.
“No nos disculparemos por el trabajo que hacemos ni por el trabajo que los agentes hacen y que el pueblo estadounidense espera que hagamos”, afirmó Nielsen en un discurso ante la Asociación Nacional de Sheriffs en Nueva Orleans. “Las acciones ilegales tienen y deben tener consecuencias. Hay que terminar con el no pasa nada”.
El cambio de política tiene como propósito disuadir los cruces ilegales, y Sessions advirtió el mes pasado que los hijos de quienes ingresen ilegalmente a Estados Unidos “podrían pasar un tiempo en condiciones distintas”.
Las actuales zonas de detención han atraído gran atención después de que periodistas accedieran el domingo a uno de esos lugares. En un centro de detención en McAllen, Texas, cientos de menores inmigrantes estaban encerrados en jaulas construidas con vallas metálicas. Una alojaba a 20 menores. Botellas de agua, bolsas de botanas y mantas térmicas estaban dispersas en el interior.
El lunes, Sessions exhortó al Congreso a que actúe.
“No queremos separar a los padres de sus hijos”, aseveró. “Si construimos el muro, si aprobamos una medida que ponga fin a la ilegalidad, no enfrentaremos estas terribles decisiones”.
Funcionarios de la Casa Blanca han asumido en privado la política como una táctica negociadora para ganar votos para construir un muro fronterizo y endurecer las leyes de inmigración del país.
No obstante, un coro de indignación y condena ha aumentado de volumen y diversidad.
El reverendo Franklin Graham, viejo aliado de Trump, calificó la política de “deplorable”. Varios grupos religiosos, entre ellos algunos conservadores, exigen que se ponga fin a la práctica de separar a los niños migrantes de sus padres, y la ex primera dama Laura Bush la llamó “cruel” e “inmoral”.
En el Capitolio, los republicanos se sumaron a los demócratas para exigir el fin de las separaciones. El representante republicano Fred Upton pidió el fin inmediato a esta “práctica horrible e inhumana”, y agregó que “nunca será aceptable utilizar a los niños como moneda de cambio en los procesos políticos”.
AP / OnCuba
Primero, la noticia está tergiversada groseramente. Es el procedimiento habitual, pues ninguna cárcel de inmigración tiene guarderías incorporadas, y en ningún país del mundo encarcelan a los padres junto con sus hijos menores en la misma celda. En ninguno. Y, si hacemos memoria, la primera oleada de menores solos (Varios miles) ocurrió bajo el último mandato de Obama, que hizo exactamente lo mismo, sin gemidos y sin rasgado de vestiduras. Esos centros para menores que se abrieron en Homestead y que tantos critican hoy, los abrieron bajo mandato obamista. Y nadie dijo nada. por cierto, esos refugios tienen hasta aulas incorporadas donde se les daba clases a esos muchachos.
Que manera de justificar tienen todo lo que hace Estados Unidos y como critican a Cuba por las medidas que toma para proteger a las misiones de médicos y profesionales por acuerdos gubernamentales
No es por defender a Trump ni por criticar a Obama, francamente me dan lo mismo cualquiera de los dos, no podrían importarme menos, pero es alarmante ver cómo Estados Unidos es el único país del primer mundo en donde se tienen TANTAS consideraciones con los inmigrantes ILEGALES, énfasis en la palabra “ilegales”.
No es menos cierto que es un poco cruel separar a los padres de sus hijos mientras se encuentran detenidos, pero eso no es más que un protocolo estándar que se realiza desde hace años en Estados Unidos, no es una conspiración de políticos sádicos ni nada por el estilo. Además leo en otros medios que todo el mundo critica al gobierno estadounidense por las malas condiciones de las cárceles, por la insalubridad, porque si los niños no tienen guarderías en los centros de detención, etc. Por favor, señores, no esperen que alguien entre a un país ilegalmente y lo hospeden en un hotel de 5 estrellas, usted está cometiendo un delito grave (el de entrar a otro país ilegalmente con el más que probable propósito de quedarse allí), y se le trata como a un delincuente, que es como debe ser.
No se puede estar exigiendo tantos requisitos si usted en primer lugar ignora descaradamente las leyes del país que lo arresta al entrar ilegalmente a él. Estados Unidos no le ha pedido a ninguno de esos “pobres padres” que crucen la frontera, ni ellos ni sus hijos, ellos lo hacen por voluntad propia. Si no quiere caer en un centro de detención ni que lo separen de sus hijos, simplemente no intente emigrar ilegalmente a EE.UU. Repito, no intento defender a nadie, pero es como pienso acerca de este tema tan polémico.
Imagine que alguien entra a su casa ilegalmente por la ventana de noche y usted lo descubre y lo amarra y lo sienta en el piso frío. Ahora imagine que ese intruso se quejase constantemente de que la soga está muy apretada, de que el piso está frío, de que usted es un abusador cruel por hacerle eso en esas condiciones, etc. Imagine lo indignado que usted se sentiría al ver cuán descarada es esa persona al exigirle tanto cuando en primer lugar fue ella la que decidió invadir su casa.
Reflexionemos todos.