El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pospuso al 1 de agosto la tregua arancelaria concedida a algunos socios comerciales, pero fijó otra a varios de ellos, como Japón o Corea del Sur.
En declaraciones a la prensa desde la Casa Blanca este lunes, Trump se mostró abierto a aplazar la entrada en vigor de los aranceles que anunció por primera vez en abril, pero condicionó la decisión a “si los países daban señales de querer negociar”.
La extensión del plazo se materializó en una orden ejecutiva que, según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, servirá para que Washington tenga tiempo de “negociar buenos pactos con cada país”. Entre los que iban a ver aumentados sus aranceles se encontraba el bloque de la Unión Europea.
Hasta el 1 de agosto
Retrasar la fecha al 1 de agosto, según se dijo, no es un reconocimiento de la dificultad de la negociación mantenida hasta ahora, que solo ha conseguido suscribir convenios con China, el Reino Unido y Vietnam, sino un reconocimiento de que esta Administración, “quiere lo mejor para el trabajador estadounidense y desea los mejores acuerdos posibles”, dijo Leavitt citada por EFE.
Trump precisó en su decreto que la decisión se toma teniendo en cuenta el estado actual de las conversaciones, recomendaciones de funcionarios de alto nivel e información adicional recibida en este tiempo.
Aranceles del 25 % al 40 %
En tanto, Washington había empezado a enviar misivas a algunos de sus socios para comunicarles los nuevos aranceles que serían aplicados a partir de agosto, a menos que estos eliminen sus gravámenes y barreras comerciales.
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, y el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, fueron los primeros destinatarios. Las importaciones de bienes desde estos países pasarán a pagar un 25 % en Estados Unidos, un porcentaje que no cambia en el caso surcoreano respecto a lo anunciado a principios de abril y que en el japonés sube un punto.
Otra docena de países se vio con nuevos gravámenes unilaterales debido a la falta de avance en las negociaciones: Birmania y Laos con un 40 %, Camboya y Tailandia con un 36 %, Serbia y Bangladesh con un 35 %, Indonesia con un 32 %, Sudáfrica y Bosnia y Herzegovina con un 30 %, y Túnez, Kazajistán y Malasia con un 25 %.
En las cartas a los líderes de cada uno de esas naciones, y que “en un ejercicio de transparencia”, según la Casa Blanca, se difundieron en la red social de Trump, Truth Social, se les advierte que si quieren abrir su mercado a Estados Unidos y eliminar sus aranceles y barreras arancelarias Washington considerará “tal vez” un ajuste a dichas cifras.
Los presidentes de esos países, según Leavitt, “se tomarán las cartas en serio porque se han tomado al presidente en serio”, y esa es la razón por la que el teléfono de Trump, a su juicio, “no para de sonar con líderes mundiales suplicándole llegar a un acuerdo”.
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El mandatario incidió además en que no se imponen aranceles sobre las compañías que deciden fabricar sus productos en Estados Unidos, y en esa línea se recalcó que se hará todo lo posible para otorgar las autorizaciones pertinentes a las empresas que den ese paso.
Las acciones estadounidenses, que ya estaban a la baja, cayeron tras el anuncio de nuevos aranceles. El Dow Jones bajó 667 puntos, un 1,48 %. El S&P 500 cayó un 1,19 % y el Nasdaq un 1,27 %, según CNN.