Una ola de disturbios y protestas, encabezadas por grupos de extrema derecha, ha sacudido el Reino Unido en los últimos días.
Enfrentamientos con las fuerzas del orden y ataques a mezquitas y hoteles que albergan a inmigrantes, han estado entre los episodios de violencia escenificados en ciudades como Manchester, Liverpool, Bristol, Bolton y Londres.
El detonante de los disturbios, considerados los mayores en la última década en ese país europeo, fue el asesinato de tres niñas en la ciudad costera de Southport el pasado 29 de julio. El ataque con un cuchillo, en el que también fueron heridos de gravedad otros menores y dos adultos, fue atribuido falsamente a un solicitante de asilo que habría cruzado en patera el Canal de la Mancha.
Sin embargo, el atacante fue un joven de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, quien ya ha sido acusado por su crimen. Su identidad fue divulgada a contrapelo de la ley, para responder a quienes exigían en las calles el nombre del atacante.
A pesar de ello, las protestas no se detuvieron y escalaron en violencia, inflamadas desde las redes sociales. Grupos extremistas, neonazis y antiinmigrantes han estado a la cabeza de los disturbios, que ya han dejado cerca de 400 detenidos y más de 50 policías lesionados, según reportes de prensa.
Además, grupos antirracistas y defensores de inmigrantes también se han organizado y han protestado por los disturbios y enfrentado a los manifestantes de extrema derecha.
Gobierno promete todo el “peso de la ley”
Tras varios días de disturbios, el primer ministro británico, Keir Starmer, prometió este lunes que su Gobierno castigaría con todo el “peso de la ley” a los responsables de la violencia.
Reunido con su gabinete y jefes policiales, Starmer anunció el establecimiento de una “fuerza activa” de agentes especiales para enfrentar las protestas violentas en el Reino Unido.
“Esto no es una protesta que se salió de las manos, es un grupo de individuos que están absolutamente decididos a ejercer violencia”, afirmó el líder laborista, quien consideró intolerable que se atacasen mezquitas.
“Mi objetivo es asegurarme de que pongamos fin a este desorden, de que las sanciones penales sean rápidas”, dijo el primer ministro.
Starmer dijo que habría suficiente espacio en las prisiones británicas para encarcelar a quienes han arrojado piedras, botellas y cocteles molotov y han enfrentado a los agentes del orden.
De igual forma, advirtió que la ley se aplicará también a las personas que cometan delitos en internet, como instigar la violencia y convocar a disturbios.
En el actual escenario, el primer ministro afirmó que la prioridad de su Gobierno en estos momentos es garantizar que las calles del Reino Unido sean seguras para todos.
(Con información de medios y agencias internacionales)