El papa Francisco pidió el sábado a la cumbre climática de la ONU que se esfuerce por alcanzar un acuerdo decisivo y esencial para frenar el calentamiento global con la eliminación de los combustibles fósiles. “El clima se ha descontrolado”, dijo.
El papa tenía previsto asistir a la conferencia, pero una inflamación pulmonar le obligó a permanecer en el Vaticano. Su discurso quedó en manos del Secretario de la Santa Sede, Pietro Parolin, quien lo acortó para respetar el límite de tres minutos de cada orador.
“Lamentablemente no puedo estar presente, como tanto lo había deseado. Aun así, estoy con ustedes porque el tiempo es corto”, dijo el papa en su mensaje.
“Estoy con ustedes porque ahora más que nunca el futuro de todos nosotros depende del presente que ahora elijamos. Estoy con ustedes porque la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios“, dijo.
El papa Francisco ha hecho de la defensa del medio ambiente un componente central de la enseñanza social de su papado, que ya tiene diez años, escribiendo dos documentos importantes sobre el tema en 2015 y 2022.
Francisco volvió a los temas principales de ambos textos, pero en su mensaje a los delegados dijo que ”es esencial que haya un avance que no sea un cambio parcial de rumbo”.
“Que esta COP resulte ser un punto de inflexión, demostrando una voluntad política clara y tangible que pueda conducir a una aceleración decisiva de la transición ecológica”, afirmó.
Para lograrlo, subrayó, es necesario avanzar decididamente hacia una mayor eficiencia energética, energías renovables, la “eliminación de los combustibles fósiles” y un cambio en el estilo de vida derrochador.
Al afirmar que “la brecha entre unos pocos opulentos y las masas de pobres nunca ha sido tan abismal”, el pontífice pidió condonar la deuda de los países pobres, menos responsables de los gases de efecto invernadero y que sufren más que los países desarrollados.
“¡Que estemos atentos al grito de la Tierra, que escuchemos la súplica de los pobres, que seamos sensibles a las esperanzas de los jóvenes y a los sueños de los niños! Tenemos una grave responsabilidad: garantizar que no sean negados, afirmó.
“El clima, enloquecido, nos pide a gritos que detengamos esta ilusión de omnipotencia. Reconozcamos una vez más nuestros límites, con humildad y valentía, como el único camino hacia una vida de auténtica plenitud”, concluyó.