El papa Francisco fue dado de alta este sábado del hospital romano en el que estuvo internado tres días por una bronquitis. Ya regresó al Vaticano para preparar las celebraciones de Semana Santa.
“Aún estoy vivo”, dijo bromeando el pontífice argentino a los fieles y periodistas congregados frente al hospital Gemelli de Roma, según cita de la agencia AFP. Estaba sonriente, de buen humor y se bajó de su automóvil para saludar antes de dirigirse al Vaticano.
Doy las gracias a todos por su cercanía y sus oraciones. Encomiendo a María a los enfermos, sobre todo a los niños, como los que he visitado en Oncología del Gemelli. Oremos por cuantos sufren la pérdida de sus seres queridos y por quienes trabajan en los hospitales. Los admiro. pic.twitter.com/hPjPokc8BU
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 1, 2023
Antes de partir, Francisco abrazó a una pareja cuya hija falleció el viernes por la noche en el hospital, informó el Vaticano. También agradeció al personal médico y a los periodistas que lo esperaban a la salida del centro médico.
“Me viene a la mente una cosa que una vez me dijo un viejo, un hombre más anciano que yo, ante una situación como esta: ‘Yo, padre, no conozco la muerte pero la he visto venir… ¡Es fea, eh!’”, contó entre risas a los reporteros.
Francisco fue despedido luego con aplausos por la gente que se había congregado allí con la esperanza de verlo.
El Vaticano confirmó que podrá presidir mañana domingo la misa de Ramos en la plaza de San Pedro, que marca el inicio de los ritos de la Semana Santa.
Como en otras ocasiones y debido a que se desplaza en silla de ruedas por sus dolores en la rodilla, sólo presidirá la ceremonia, que será celebrada por el cardenal argentino Leonardo Sandri.
Poco después la oficina de prensa de la Santa Sede divulgó su agenda de trabajo para este sábado en la que figura una reunión con el cardenal canadiense Marc Ouellet, responsable por 10 años de los obispos de todo el mundo, quien renunció en enero tras haber sido acusado de tocamientos indebidos a una becaria.
El papa Francisco presidirá la misa del Domingo de Ramos tras su hospitalización
La víspera llevó huevos de chocolate, rosarios y libros a los niños enfermos de cáncer que se encuentran internados en el hospital Gemelli y bautizó a un recién nacido.
Antes del ingresar a su residencia en el Vaticano, el papa, de 86 años, se detuvo unos minutos a rezar en la iglesia de Santa María Mayor, en el centro de Roma, una tradición personal que cumple antes de cada viaje al exterior.
Con información de Afp y Efe.