El primer ministro de Francia, Edouard Philippe, anunció el martes la suspensión de la subida de impuestos a los combustibles y a los servicios públicos en un giro de 180 grados en la política del ejecutivo para intentar calmar un movimiento de protesta que sumió a la capital del país en el caos el pasado fin de semana.
Tras los peores disturbios callejeros registrados en París en décadas, Philippe dio marcha atrás en la subida fiscal que iba a entrar en vigor en enero, que ahora se demorará hasta el verano.
“Ningún impuesto merece poner la unidad del país en peligro”, declaró el ministro. Hace apenas tres semanas, Philippe insistía en que el gobierno no cambiaría el rumbo de su decisión y estaba decidido a ayudar a los franceses a reducir su dependencia de los contaminantes combustibles fósiles.
Más de 100 personas resultaron heridas y 412 fueron detenidas durante el fin de semana en París, donde docenas de autos quedaron calcinados. Se saquearon tiendas y quemaron autos en los lujosos vecindarios próximos a la popular avenida de los Campos Elíseos. El Arco del Triunfo, que alberga la Tumba al Soldado Desconocido y donde líderes mundiales conmemoraron el mes pasado el centenario del final de la Primera Guerra Mundial, quedó cubierto de pintadas y destrozado en su interior.
“Esta violencia debe terminar”, dijo Philippe.
El ministro anunció además que el precio de la electricidad quedará congelado hasta mayo de 2019, una medida pensada para mejorar el poder adquisitivo.
Pese a esto, es poco probable que el anuncio ponga fin a los bloqueos de carreteras y manifestaciones, y este fin de semana podría haber nuevas protestas en París. El partido de la liga de fútbol entre el Paris Saint-Germain y el Montpellier previsto para el sábado se pospuso antes el martes a petición de la policía, que dijo temer no tener efectivos suficientes para garantizar la seguridad de los asistentes al estadio ante la previsión de movilizaciones.
“Si hay otro día de protestas el sábado, estas deben ser autorizadas y deberían celebrarse en calma”, dijo Philippe. “El ministro del Interior utilizará todos los medios a su alcance para asegurar que se respeta el orden”.
El martes, manifestantes bloquearon varios depósitos de combustible y muchos insistieron en que la lucha no ha terminado.
“Es un primera paso, pero no nos conformaremos con las migajas”, señaló Benjamin Cauchy, uno de los líderes de las protestas.
La que fuera candidata a la presidencia del país, Segolene Royal, uno de los pesos pesados del Partido Socialista, elogió la decisión de Philippe pero señaló que llegaba demasiado tarde.
“Esta decisión debía haberse tomado desde el inicio, tan pronto como surgió el conflicto”, dijo. “Sentimos que esto va a ser muy, muy duro porque hemos visto la rabia y la exasperación, especialmente en los jubilados. Deberían haber retirado (las subidas de impuestos) al instante. Cuando más permites avanzar un conflicto, más tienes que ceder al final”.
La líder de ultraderecha Marine Le Pen criticó la decisión calificándola de escasa. En un tuit escribió que “obviamente no cubre las expectativas de los ciudadanos franceses que luchan con la precariedad”.