Miles de personas se manifestaron este martes en Francia, donde se vive una jornada de huelgas reclamando aumentos salariales que compensen la inflación y solidaridad con los huelguistas de las refinerías que requisó el gobierno.
Más medios para escuelas, hospitales y para la seguridad social, abandono de las reformas del seguro por desempleo y del atraso de la edad de jubilación de 62 a 65 años, alza salarial por la inflación… esos son lo reclamos.
La gota que colmó la copa de cuatro sindicatos y varias asociaciones juveniles fue que el gobierno requisó personal en huelga en refinerías para tratar de compensar el desabastecimiento de combustible.
Estudiantes de liceos profesionales, empleados del sector de la energía o de los transportes, comerciantes, funcionarios, etc., estaban llamados al paro para defender el derecho a la huelga y reclamar un aumento de sueldo.
La huelga, tres días antes de las vacaciones escolares, tuvo no obstante un seguimiento desigual. En los transportes, la región de París registró por ejemplo las principales perturbaciones, aunque moderadas.
La huelga, rechazada por un 49% de los franceses, llega en un contexto social tenso. Representa el preludio de un otoño e inviernos calientes para el reformismo del presidente Emmanuel Macron.
El temor a perder poder adquisitivo fue la principal preocupación de los franceses durante el último ciclo electoral y el llamado a ahorrar energía para evitar cortes en invierno enrarece el ambiente.
Cuando Francia empezaba a pasar la página de la pandemia, Rusia lanzó una ofensiva en Ucrania que, junto a la respuesta de Moscú a las sanciones occidentales, disparó los precios de la energía y de la alimentación.
Francia, la segunda economía de la Unión Europea (UE), registró en septiembre la tasa de inflación armonizada más baja de la zona euro, un 6.2% interanual, por debajo de otras economías como Alemania (10.9%), Italia (9.5%) y España (9.3%).