La ley fue aprobada por el parlamento en junio, aunque entró en vigencia el lunes pasado, a pesar de meses de críticas por parte de la oposición. La medida prohíbe concretamente la “residencia habitual en un espacio público” .
Según la cadena Reuters, esta nueva norma permite que la policía ordene a las personas sin hogar que se muden a refugios. Si desobedecen tres veces en un período de 90 días, pueden ser arrestadas y sus pertenencias personales destruidas.
El gobierno del primer ministro ultra derechista Viktor Orbán defendió la ley: dijeron que apunta a “proporcionar condiciones de vida adecuadas para las poblaciones sin hogar y ha aumentado los fondos para la provisión para homeless”.
Prohibido sintechos: En Hungría, los indigentes no tienen permitido dormir en las calles. Hay pena de cárcel. #NoticieroInternacional pic.twitter.com/UtavAh4ziR
— Unicanal (@Unicanal) 18 de octubre de 2018
Según Bence Rétvári, secretario de Estado, no es una ofensiva contra las personas sin hogar sino “asegurarse que no estén en las calles durante la noche y que los ciudadanos puedan hacer uso del espacio público sin impedimentos”.
Gabor Ivanyi, quien dirige Oltalom, un refugio en Budapest que cuenta con 600 camas, negó a la agencia AP cualquier cooperación con el gobierno. Además, dijo que no hubo un diálogo con las organizaciones de caridad antes de aprobar la legislación. “Esta ley sirve para asustar a las personas sin hogar y hacer que huyan de las calles”, declaró Ivanyi.
Los informes muestran que Hungría tiene al menos 20,000 personas viviendo en las calles, sin hogar. Pero que actualmente hay solo 11,000 lugares disponibles en refugios estatales.
El domingo pasado 500 personas se manifestaron contra la ley fuera del parlamento húngaro. Llevaban pancartas que calificaban la norma como “inhumana”.
El Parlamento Europeo (UE), en tanto, había votado en julio revisar y supervisar la nueva política de Hungría para verificar si se están vulnerando derechos.