Durante el fin de semana, Moscú hizo una demanda a Kiev: ríndanse. Todo sugiere que los desesperados en este momento son los rusos en el conflicto ucraniano. Tienen miles de tropas paralizadas y el conflicto se ha movido al aire, con bombardeos por aviones o misiles.
La respuesta de Kiev fue alta y clara: ¡No!
La presión de Moscú parece confirmar lo que varios corresponsales extranjeros han venido asegurando: que pese al bombardeo sistemático de los rusos, los ucranianos sitiados en la ciudad portuaria de Mariupol, en el Mar Negro, no parece tener intenciones de rendirse, apenas exigen que dejen salir a los civiles de una ciudad en la cual se desconoce el alcance total del terror.
Con las comunicaciones paralizadas, el movimiento restringido y muchos residentes escondidos, el destino de quienes estaban dentro de una escuela de arte y de un teatro que fue destruido no estaba claro. Se cree que más de 1 300 personas se refugiaban en el teatro y que 400 estaban en esa escuela.
Mariupol ha sido un objetivo clave porque sería un apoyo logístico de Rusia para establecer un puente terrestre hacia Crimea, anexada por los rusos en 2014. Pero no hay una imagen clara de cuán cerca podría estar su captura.
“Nadie puede decir desde afuera si realmente está a punto de ser tomada”, dijo Keir Giles, un experto en Rusia del grupo británico Chatham House.
Durante el fin de semana, Moscú ofreció una ruta “segura” para salir de Mariupol, un corredor que conduce al este a Rusia, y otro que va al oeste, a otros lugares de Ucrania, a cambio de la rendición de la ciudad antes del amanecer del lunes. Ucrania rechazó rotundamente la oferta mucho antes de la fecha límite.
Funcionarios de Mariupol dijeron que al menos 2 300 personas han muerto en el asedio, algunas enterradas en fosas comunes, pero aumenta el temor de que la cifra sea mucho mayor. El Ministerio de Defensa ruso no ha comentado su versión de las bajas.
Para los que se quedan, las condiciones se han vuelto muy dificiles. El bombardeo cortó los suministros de electricidad, agua y alimentos de Mariupol y la comunicación con el mundo exterior, sumiendo a los residentes en una lucha por la supervivencia, narró la cadena Britania SkyNews, que tiene un equipo en esa localidad.
“Lo que está sucediendo en Mariupol es un crimen de guerra masivo”, dijo el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.
Mariupol tenía una población antes de la guerra de unas 43 000 personas. Se cree que alrededor de una cuarta parte se fue durante los primeros días de la guerra, y que decenas de miles escaparon durante la semana pasada a través de un corredor humanitario. Otros intentos han sido frustrados por los combates.
Los que lograron salir de Mariupol hablaron de una ciudad devastada. “Ya no hay edificios allí”, dijo María Fiodorova, de 77 años, quien cruzó la frontera con Polonia el lunes después de cinco días de viaje. Sus declaraciones fueron presentadas por SkyNews.
Olga Nikitina, quien huyó de Mariupol hacia la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania, adonde llegó el domingo, agregó que los disparos volaron sus ventanas y su apartamento se hundió. “Se libraron batallas en todas las calles. Cada casa se convirtió en un objetivo”, dijo.
A medida que Rusia intensifica sus esfuerzos para someter a Mariupol, su ofensiva terrestre en otras partes del país se ha estancado, ralentizada por ataques letales de los ucranianos. Funcionarios y analistas occidentales aseguran que el conflicto se está convirtiendo en una guerra de desgaste, con las fuerzas del presidente ruso, Vladimir Putin, utilizando el poder aéreo y la artillería para pulverizar ciudades desde la distancia.
Un alto funcionario de defensa Estados Unidos, que habló bajo condición de anonimato para discutir la evaluación del ejército, dijo que Rusia había aumentado los despegues de cazas durante los últimos dos días, realizando hasta 300 en las últimas 24 horas, y disparando más de 1 100 misiles contra Ucrania desde que comenzó la invasión.
En la capital, Kiev, un centro comercial en el distrito densamente poblado de Podil, cerca del centro de la ciudad, quedó reducido a ruinas después de ser alcanzado el domingo por la noche por un bombardeo que mató a ocho personas, según funcionarios de emergencia.
El portavoz militar ruso, mayor general Igor Konashenkov, dijo que las fuerzas ucranianas habían estado utilizando el centro comercial para almacenar cohetes y recargar lanzadores. Esa afirmación no pudo ser verificada de forma independiente.
El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña dijo que la resistencia ucraniana ha mantenido la mayor parte de las fuerzas de Moscú a más de 25 kilómetros (15 millas) del centro de Kiev, pero la capital “sigue siendo el principal objetivo militar de Rusia”.