El plenario del Parlamento Europeo aprobó este miércoles una ambiciosa regulación sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) en la Unión Europea (UE), en el último paso antes de su adopción formal en todo el bloque.
En la plenaria de hoy, la ley obtuvo un amplio respaldo de 523 votos a favor, 46 en contra y 49 abstenciones.
El proyecto de ley original, inédito a nivel mundial, había sido presentado por la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea.
La aparición a finales de 2022 de ChatGPT, de la empresa californiana OpenAI, capaz de escribir disertaciones, poemas o de traducir en segundos, le le dio al proyecto una nueva dimensión.
Compañía musical pide nuevas regulaciones sobre la Inteligencia Artificial
Este sistema reveló el enorme potencial de la IA, pero también expuso sus riesgos. La difusión de fotografías o videos falsos puso de relieve el peligro de manipulación de la opinión pública.
“Este es un día histórico en nuestro largo camino hacia una regulación de la Inteligencia Artificial, dijo el legislador italiano Brando Benifei, uno de los autores del texto, junto al rumano Dragos Tudorache.
En su último discurso antes de la votación, Benifei dijo que se trata de la “primera regulación en el mundo que define un camino claro hacia un desarrollo de la Inteligencia Artificial centrado en los seres humanos”.
Por su parte, Tudorache expresó: “hemos logrado un equilibrio muy delicado entre el interés por la innovación y los intereses que deben ser protegidos”.
Luego del voto de este miércoles, se espera que los 27 países de la UE apoyen la ley en abril, y que el texto sea publicado en el Diario Oficial de la UE en mayo.
El veto a la utilización de formas de IA consideradas de riesgo elevado pasará a aplicarse a fines del presente año, y las reglas para la denominada IA generativa, como ChatGPT se aplicarán 12 meses después que la norma se ratifique.
El texto también prevé prohibir la calificación ciudadana o los sistemas de vigilancia masiva, o incluso la identificación biométrica remota de personas en lugares públicos.
Asimismo, prohíbe a los agentes de policía utilizar tecnología de reconocimiento facial en tiempo real, con excepciones para las fuerzas del orden si están buscando a una persona condenada o sospechosa de un delito grave como violación o terrorismo.
La policía podrá solicitar el uso de la tecnología para encontrar víctimas de secuestro o trata de personas, pero con aprobación de un juez u otra autoridad judicial, y para un uso limitado en tiempo y lugar.