El fin de semana pasado el oficial de guardia en las oficinas de la policía judicial portuguesa recibió una extraña llamada del FBI. Le dijeron que prestara atención a un correo que llegaría en minutos desde la Interpol. De hecho, el contenido no podía ser más alarmante pero, ante todo, inédito. Los estadounidenses habían detectado que se estaba preparando un atentado contra la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, en la capital portuguesa. Se trataba de una masacre contra el estudiantado ideada por un alumno, algo común en Estados Unidos pero inédito en Europa, al menos dentro de un plantel universitario.
Y comenzó la investigación. Los datos enviados por el FBI eran claros y precisos, aunque no se sabe cómo los obtuvieron. El aparente responsable de esa posible masacre era un estudiante de 18 años de esa facultad, aunque no lo han identificado. Se calculaba que se cometería el viernes 11 de febrero, y rápidamente los investigadores descubrieron la causa. Era un día de exámenes y, por lo tanto, los pasillos y las aulas iban a estar llenos.
Durante cuatro días los agentes se limitaron a vigilar al sujeto sin aproximarse mucho. Investigaron sus antecedentes, su pasado y su presente hasta que el jueves decidieron arrestarlo. Lo atraparon en su casa, en los arrabales de Lisboa. Lo que encontraron les heló la sangre.
No había arma de fuego alguna, pero sí cuchillos y machetes, combustibles y botijas de gas para hacer objetos explosivos. Y muchos planes de atentados contra la facultad, planes de ataques con explosivos y un gran plan para ingresar al centro de estudios con la idea de perpetrar una masacre.
Entre los papeles descubrieron algo interesante: el joven había contactado a terroristas supermacistas blancos en Estados Unidos e intercambiado con ellos ideas sobre ataques a centros de estudio. Como dijo uno de los investigadores, “estaba importando medios de ataque desde Estados Unidos”. Todo esto a través de lo que se llama la “web negra”. Fue así como el FBI se puso en la pista de los contactos que estaban ingresando a la “web negra” desde Portugal.
Hasta el momento la investigación no ha identificado motivaciones religiosas, sino solo un culto a la violencia, en este joven. Según CNN/Portugal, la información transmitida por el FBI indicó que el ataque estaría listo para este viernes. De acuerdo con esta televisora, “las autoridades estadounidenses, en su monitoreo de Internet en general, las redes sociales y la web negra para prevenir el fenómeno del terrorismo, detectaron conversaciones en salas de chat en las que intervino el joven portugués y anunció su intención: cometer un atentado en Portugal”.
De inmediato las autoridades portuguesas le pusieron el cuño de “terrorismo”. Como en el país esto es inédito, comenzó la histeria en la prensa, sobre todo en la televisión, y pronto se descubrieron detalles que llevarían la investigación por otro rumbo. Medios de comunicación más calmados dieron con la identidad del joven, que no ha sido revelada. Se supo que es de una familia de bajos recursos de una provincia rural y que padece de una variante de autismo, el síndrome de Asperger.
Este viernes una jueza del Tribunal Central de Instrucción Criminal que analizó la situación, decretó su encarcelamiento preventivo al considerar que existe un fuerte peligro de que continúe la actividad delictiva, pero, básicamente, por una cuestión de tranquilidad pública. El abogado del joven, Jorge Pracana, reveló que apelará esta medida coercitiva.
Cuando se le preguntó si el acusado tiene antecedentes de problemas de salud mental, se negó a responder. Al estudiante se le imputan los delitos de terrorismo y tenencia de arma prohibida. Frente al juez, se quedó en silencio.
El joven no será liberado pronto, pero la semana entrante lo cambiarán de cárcel para ser atendido por un médico.
“Las primeras horas tras el arresto la policía estaba histérica, era su gran golpe, desbaratar un acto terrorista. Cuando la realidad es que fue una locura, todavía lo es, el joven va a ser condenado por atentado público, intento de atentado, pero no se trata, todavía, de algo contra las escuelas. Si de algo debiéramos juzgarlo es de los maleficios de esta exportación americana. Porque como sucede allá, el autor no es ni negro ni árabe. Blanquito como casi todos nosotros porque entre sus colegas universitarios de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa hay muchos afroportugueses”, explicó a OnCuba el sociólogo João Fernandes.
Desde París, adonde fue a una reunión sobre medio ambiente, el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa elogió las investigaciones de la policía, pero puso las cosas en perspectiva: “la investigación tiene que ser cuidadosa, rigurosa”. O sea, que realicen ya un examen psicológico porque, entre otras cosas, sus familiares aseguran que “el chico es tranquilo”.
Es que Portugal suele ser un país tranquilo y cuando aparece una amenaza terrorista nos mandamos a correr, casi siempre si saber realmente por qué. Por eso algunps medios de prensa han dejado de emplear la expresión “terrorismo”…
estimado : lo de usted es con todo contra los yankys…todo lo hacen mal y son el reino de la maldad.No se por que usted ha escogido este pais para vivir !!!
Estimado jose dario: ud siempre con el veneno en la recámara,listo para disparar cual troll experto.Es cierto que en Estados Unidos ocurren con demasiada frecuencia crímenes en centro educacionales y universidades.Es así.
ningun veneno,solo la evidencia : no niego la violencia americana,solo estoy mirando que este aviso a las autoridades portuguesas debe ser visto como algo positivo, y no hacer malabares para que el culpable sea ….la sociedad americana.