Rusia prometió el martes “quemar” el primero de los tanques Abrams de fabricación estadounidense llegados a Ucrania, insistiendo en que las armas no ayudarán a Kiev en la lucha.
“Todo esto de ninguna manera puede afectar la esencia de la operación militar especial y su resultado”, dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, a los medios de comunicación.
“No existe ninguna panacea, ni un arma única que pueda cambiar el equilibrio de poder en el campo de batalla”.
Añadió que los tanques Abrams “también arderán”, repitiendo sentimientos pasados que Moscú ha utilizado con respecto a las armas occidentales.
Estados Unidos y Ucrania revelaron el lunes que los tanques Abrams prometidos a Kiev habían llegado al país.
El presidente Volodimir Zelenski dijo que los tanques se están preparando para enviarlos a la batalla y que “reforzarán nuestras brigadas”.
En enero el presidente Biden acordó enviar 31 tanques Abrams a Ucrania para ayudar a sus fuerzas a luchar contra los ataques rusos, pero no está claro qué parte del primer lote de esas armas ha llegado.
El ejército estadounidense ha entrenado a tropas ucranianas para usar los tanques Abrams y también está entrenando a pilotos ucranianos para volar aviones de combate F-16 prometidos por los Países Bajos y Dinamarca.
De acuerdo con trascendidos, Washington enviará sistemas de misiles tácticos al ejército a Ucrania, suministrando a Kiev armas destinadas a atacar líneas y bases rusas vitales en el territorio ocupado por el Kremlin.