“Y no, y no, y no me da la gana, de una dictadura como la cubana” fue el canto que le dedicaron los partidarios del candidato consevador Iván Duque tras ganar la primera vuelta, a quien será su rival el próximo 17 de junio, el izquierdista Gustavo Petro.
Para Petro, Duque es una amenaza para la paz. Para Duque, Petro es una amenaza para la economía. Apenas poco más de la mitad de los votantes habilitados fue a elegir nuevo presidente en uno de los tres países más desiguales del mundo. El segundo turno definirá al mandatario hasta 2022.
Duque (Centro Democrático) cosechó el 39,1%. Petro (Coalición Petro) obtuvo un 25,1%, apenas por encima del centrista Sergio Fajardo (Coalición Colombia) que se llevó el 23,7%. Mas atrás quedaron el ex vicepresidente de Juan Manuel Santos, Germán Vargas Lleras (Coalición Mejor Vargas Lleras) y el promotor de los acuerdos de paz con las FARC, Humberto De La Calle (Partido Liberal), con el 7% y 3% respectivamente.
Estas son 10 claves para entender qué sucedió y qué puede venir.
1. El voto polarizado
La derecha y la izquierda definirán mano a mano. Pero para ganar deberán moderarse, ya que necesitarán captar el voto de los candidatos centristas. La centro izquierda, representada por Sergio Fajardo, quedó fuera del ballotage por muy poco. Álvaro Uribe confirma lo que ya había demostrado en el referendum de 2016 por los acuerdos de paz con las FARC: su influencia sigue vigente. Duque está cerca de la victoria, aunque el escenario está abierto.
2. El voto tranquilo
El sistema de recuento de votos colombiano es quizás el mejor de Latinoamérica. Apenas una hora y veinte minutos después del cierre y sin sistema de voto electrónico, la Registraduría ya había contado el 98 por ciento de los votos. Hubo mayor participación electoral respecto a elecciones anteriores, el 53 por ciento del padrón, aunque sigue siendo baja: apenas 5 por ciento más alta de la cuestionada asistencia a los comicios de la semana pasada en Venezuela.
La jornada electoral fue tranquila. Hasta no hace mucho los días de votación estaban contextualizados por sabotajes y ataques de la guerrilla y los paramilitares. El conflicto armado colombiano no ha terminado, pero no es un dato menor en Colombia que este no haya incidido en el desarrollo de una votación. Es la primera elección en la que Timochenko va a votar y no a combatir.
Todos los candidatos fueron hombres, aunque para la vicepresidencia todas las fórmulas llevaron candidatas mujeres. Por primera vez habrá una vicepresidenta mujer: Marta Lucía Ramírez o Ángela Robledo.
3. El voto perdido
Santos no jugó. Su mujer, a quien todos apodan “Tutina”, fue a votar con un jeans que, dando un mensaje de despecho a la prensa, tenía bordada la frase “Fake news” en los laterales.
Esta elección terminó de demostrar que el actual presidente y Premio Nobel de la Paz en 2016, está derrotado políticamente. El oficialismo no apoyó a ningún candidato, pero dos emblemas de su gestión, Vargas Lleras y Humberto De La Calle, apenas han sumado el 10 por ciento de votos entre ambos.
La derrota en el plebiscito de 2016, en que el NO a los acuerdos con las FARC se impuso por pocos votos, dejó muy debilitado al oficialismo. Si Santos influyó en los resultados, fue para afectar negativamente a quienes formaron parte de su administración. No solo quedó en evidencia la falta de popularidad sino también la fuga de la “maquinaria”, como se llama al sistema de referentes locales que hacen política de manera clientelar, hacia Iván Duque.
4. El voto al rey detrás de Duque
La base que soporta a Duque lo presenta como una alternativa a una “amenaza castro-chavista” que representaría Petro: alguien que puede evitar que Colombia termine como Venezuela. No hubo hasta ahora un debate de ideas: solo se hace referencia a Petro como un fantasma populista.
Desde la izquierda se afirma que Duque podría tirar por la borda los acuerdos de paz y volver a militarizar la política. En su discurso de victoria, este domingo por la noche, el candidato de la derecha dijo no querer hacer trizas los acuerdos aunque quiso “dejar en claro que la paz se encuentra con la justicia”. Lo que deja entrever es que no anularía los acuerdos pero intentaría modificar el mecanismo de juzgamiento de los responsables.
En un discurso con tono ganador Duque hizo además hincapié en la lucha con “mano dura” contra el narcotráfico y la corrupción. Sin embargo, cuenta con el apoyo del ex presidente Andrés Pastrana y del ex fiscal Alejandro Ordoñez, involucrados en tramas de corrupción, y de Álvaro Uribe, de quien esta semana el New York Times reveló vínculos con el negocio del narcotráfico a través de la difusión de viejas filtraciones de la Casa Blanca.
Iván Duque obtuvo el puntaje más alto en la historia de una primera vuelta colombiana. Su mentor Uribe mantiene un núcleo duro de 7 millones de votantes intacto desde hace casi dos décadas, que Duque fortaleció. Si Duque gana, Petro será el principal referente de la oposición, pero si Duque pierde, no será él el líder de la oposición sino que ese rol, como ha sucedido hasta ahora, lo asumirá su jefe Uribe, quien constitucionalmente no puede volver a presentarse a elecciones, pero utiliza su carisma y capital político para bendecir a otros candidatos.
5. El voto desunido
La política no es matemática pero para el periodista de Univisión y Revista Semana, Daniel Coronell, “si Fajardo y De la Calle se hubieran unido, sería mejor el destino de Colombia”. El problema, como sumó en su perfil de Twitter el periodista Alberto Salcedo Ramos, es que “donde la izquierda y el centro ponen los egos, la derecha pone el pragmatismo. Por eso los primeros se dividen y los segundos reinan”.
6. El voto de centro
Las encuestas decían que si en vez de Petro quedaba Fajardo, este iba a ser el nuevo presidente de Colombia tras la segunda vuelta. Para el columnista de La Silla Vacía y ex investigador de Google, Carlos Cortés, a Fajardo “le faltó una semana” para poder llegar a la segunda vuelta.
Tras negociar con Petro y De La Calle, el matemático Sergio Fajardo optó con una alianza progresista con Claudia López y Antanas Mocus. Su plataforma electoral tuvo como eje claro la educación. Trató durante toda la campaña de ser el candidato alternativo a la polarización: “nosotros sabemos unir, buscamos la confianza en lugar del miedo”. Enarboló la bandera del centro, recordó una y mil veces que cuando gobernó Antioquia destinó la mitad del presupuesto total a la educación. Pero no le alcanzó para superar a Petro.
El votante de Fajardo lo prefirió por encima de Petro no tanto por cuestiones de programa político o económico (son bastante similares), sino por un tema de personalidad: Petro les suena autoritario y poco negociador. Daniel, un politólogo de 32 años que volvió a Bogotá luego de vivir en Francia, comenta: “la gente está en contra del Petro persona no del Petro candidato”. Argumentos no faltan, su partido no es una idea sino su propio nombre: “Coalición para Petro Presidente”. Jorge, un escenógrafo del barrio de clase media Chapinero en Bogotá que votó por Fajardo, le dijo a OnCuba “No me gustan ni Petro ni Duque, pero creo que sí prefiero a Petro que repetir lo mismo, no lo sé aún”.
Los votantes de Fajardo quedaron en una posición incómoda y las encuestas dicen que no votarán en masa por Petro en la segunda vuelta: la mitad no iría a votar o lo hará en blanco. ¿Fajardo dejará que gane el candidato de Uribe? Lo único que puede revertir esa tendencia es que Fajardo dé un apoyo explícito a Petro. Entre sus votantes no todos son progresistas, también los hay de centro derecha. Sin embargo, es poco probable un apoyo directo de Fajardo a Petro. El matemático hizo cuentas y ya está pensando en 2022: si le faltó una semana para estar en la segunda vuelta, cree que con cuatro años más de campaña puede ganar en la primera.
7. El voto de la paz
“Voten por la paz” fue el mensaje de Humberto De La Calle tras conocerse los resultados. Apenas sacó el 3% de los votos emitidos. Su mensaje fue un apoyo indirecto a Petro. Algo que confirma el tweet de su candidata a vicepresidenta Clara López felicitando a Petro por ser el candidato de izquierda más votado en una primera vuelta en la historia de Colombia.
8. El voto en blanco
El partido que salió último, con el 0,31 por ciento de los votos, fue el Partido de Reivindicación Étnica (PRE), impulsado por la ex Miss Colombia Vanesa Mendoza pero que se inscribió en la elección para promover el voto en blanco. Su lema fue que votarlos a ellos era votar en blanco. A los poco más de 60 mil votos del PRE se suman unos 340 mil votos en blanco y unos 240 mil votos nulos. Apenas un 5 por ciento de los que fueron a votar en total. Poco significativo.
9. El voto asustado
Lo primero que dijo Petro en su discurso post elecciones, fue que la elección no se polarizó sino que “se diversificó” e insistió en la necesidad de incrementar la clase media urbana y rural colombiana. Petro, guiñándole el ojo a Fajardo, hizo hincapié en la educación: propuso educación pública y gratuita para todos los niveles, incluyendo el universitario. En lo económico desmintió a Duque y negó que su propuesta fuera la expropiación de los medios de producción.
Petro perdió en Bogotá, la ciudad que gobernó. Su temperamento fuerte y el fantasma del chavismo le jugaron en contra. Petro, ex guerrillero del M19, evita hablar de izquierdas o derechas. Este domingo dijo por primera vez que Maduro sigue “un camino dictatorial” y agregó que no solo hay que mirar a Venezuela: Brasil, “del que nadie habla, está siguiendo el mismo camino”.
Tiene 21 días para convencer a los votantes progresistas y antiuribistas que no fueron a votar o que votaron por Fajardo y De La Calle, de que no es un candidato radicalizado y que es la única alternativa frente al “verdadero fantasma”: Álvaro Uribe Vélez. Necesita todos y cada uno de esos votos. Petro debe polarizar sin radicalizar; su estrategia será dejar de asustar.
10. El voto impredecible
Es curioso el caso de Vargas Lleras: unas 5 millones de personas firmaron para que fuera candidato, pero luego menos de 1 millón y medio lo votó. Cuando comenzó la campaña era el candidato a vencer, lideraba las encuestas y, todavía vicepresidente, tenía los recursos del Estado a su favor.
Pero se derrumbó.
Su 7 por ciento igual puede ser determinante. “Tomaremos una decisión en los próximos días”, dijo Vargas Lleras tras la derrota. A priori se cree que el perfil del que votó por él es el de alguien que ve una amenaza mucho mayor en Petro que en Uribe, aunque Vargas Lleras es pragmático y negociará con Petro y Duque. Es impredecible, si acuerda con Petro puede balancear la elección. De lo contrario, sus votantes pueden dejar a Iván Duque al borde la victoria.