Cientos de miles de personas, muchos de ellos menores que faltaron a clase, asistieron el viernes a protestas en toda Australia en una jornada de movilizaciones en todo el mundo para reclamar más acciones contra el cambio climático antes de una cumbre en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York.
Ciento diez localidades y ciudades australianas albergaron las primeras marchas de la llamada “huelga climática global”, incluyendo Sydney, y la capital, Canberra. Los manifestantes australianos piden al gobierno del país, que es el principal exportador de carbón y gas natural del mundo, que tome medidas drásticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Aunque nosotros no estamos enfermos, el planeta en el que vivimos sí lo está, y estamos protestando y luchando por él”, dijo Siobhan Sutton, una alumna de la Escuela Moderna de Perth de 15 años.
Según los organizadores, más de 300.000 personas salieron a la calle en todo el país en las que serían las mayores movilizaciones desde las protestas contra la Guerra de Irak en 2003.
En otras partes de Asia, desde Filipinas a Hong Kong o India, se celebraron marchas más pequeños.
“Tenemos que reclamar nuestro derecho constitucional a tener aire y agua limpios”, señaló Aman Sharma, de 16 años, en la capital de India, Nueva Delhi.
En Nueva Delhi, una de las ciudades más contaminadas del mundo, docenas de estudiantes y activistas gritaron “Queremos acciones climáticas” y “Quiero respirar (aire) limpio” en un acto en el exterior del Ministerio de Vivienda y Asuntos Urbanos. Algunos de los asistentes mostraron carteles con mensajes como “No hay planeta B”.
Cientos de personas se manifestaron en la capital de Tailandia y escenificaron una “muerte” ante el Ministerio de Recursos Naturales para exigir al ejecutivo que declare una emergencia climática, prohíba la energía procedente del carbón para 2025 y sustituya por completo las energías fósiles por renovales para 2040.
En Hong Kong, donde los inconformes llevan meses reclamando una mayor democracia, cerca de 50 personas reenfocaron sus quejas al cambio climático. Con carteles y pancartas, corearon “Alto a la contaminación” mientras marchaban por el puerto bajo un sol abrasador.
Se esperan cientos de protestas similares en Europa, África y Estados Unidos, donde según los organizadores hay más de 800 actos previstos.
En Alemania, que ya registró protestas masivas en el pasado, la policía dijo que más de 17.000 personas se congregaron en Friburgo, en el suroeste del país, una de las 500 ciudades del país con movilizaciones.
Tanto en la capital, Berlín, como en su principal centro financiero, Fráncfort, algunos asistentes cortaron brevemente el tránsito para llamar la atención sobre su pedido de una drástica reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero en el país. El transporte es uno de los principales causantes de ese tipo de emisiones.
Ante la presión de las constantes protestas de los últimos meses, el gobierno de la canciller, Angela Merkel, tiene previsto anunciar más tarde en el día un paquete de medidas para atajar este problema.
En la capital de Kenia, Nairobi, y en la de Sudáfrica, Pretoria, además de en Johannesburgo, su principal ciudad, también hubo marchas.
Según los expertos, África es el continente más vulnerable al cambio climático y el menos preparado para enfrentarlo. Los gobiernos reclamaron más ayuda de la comunidad internacional.
Las movilizaciones están inspiradas en parte por el activismo de la adolescente sueca Greta Thunberg, que durante el pasado año se movilizó todas las semanas bajo el lema “Fridays for Future” (“Viernes por el futuro”) para exigir a los líderes mundiales que redobles sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. Muchos de los que siguieron su ejemplo son estudiantes, pero el movimiento se trasladó también a otros grupos de la sociedad civil.
Las universidades australianas dijeron que no penalizarán a sus alumnos que acudan a las protestas, mientras que las escuelas tenían distintos enfoques.
El primer ministro interino del país, Michael McCormack, señaló que los estudiantes deberían estar en la escuela y que este tipo de protestas deberían ser en fin de semana para no causar problemas en los comercios, las escuelas y las universidades.
“Creo que esto es solo una alteración”, dijo a reporteros en Melbourne.
Algunas empresas australianas animaron a sus empleados a sumarse a la huelga climática.