El ejército de Israel anunció este lunes que miles de sus soldados se retirarán de la Franja de Gaza, pero, al menos por el momento, los combates no se han detenido ni siquiera con la llegada del nuevo año.
La retirada anunciada sería la primera reducción significativa de tropas desde el inicio de la guerra, refiere un reporte de AP, que señala que los soldados saldrán de Gaza en las próximas semanas para entrenar y descansar.
El medio estadounidense apunta que este movimiento de tropas podría indicar que los combates se están reduciendo en algunas partes de la Franja, especialmente en el norte, donde el ejército ha dicho que está a punto de asumir el control operativo.
Tampoco puede olvidarse que Tel Aviv ha recibido presiones de su principal aliado, Estados Unidos, para rebajar la intensidad de su ofensiva.
La noticia de la retirada se produce antes de una nueva visita del secretario de Estado Antony Blinken a la región de Medio Oriente.
Sin embargo, aun con este anuncio los enfrentamientos seguían siendo encarnizados, especialmente en la ciudad sureña de Jan Younis y en el centro del enclave controlado por el grupo Hamás.
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En las últimas 24 horas más de 150 palestinos murieron y cerca de 250 resultaron heridos por los ataques de Israel en Gaza, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad de la Franja.
Con estas víctimas, el número de fallecidos palestinos en Gaza desde el inicio de la guerra el 7 de octubre roza los 22 mil, mientras que los heridos se acercan a los 58 mil.
Según las autoridades del enclave, el 70% del total de víctimas mortales son mujeres y niños, mientras que 30 hospitales y 53 centros de atención primaria “están fuera de servicio” en toda Gaza, informa EFE.
El reporte señala que en torno a 800.000 gazatíes que permanecen en el norte de la Franja están prácticamente sin acceso a servicios médicos ni a hospitales, en una situación de catástrofe humanitaria sin precedentes, y mientras las enfermedades contagiosas se propagan rápidamente por las condiciones extremas.
Tel Aviv ha prometido aplastar las capacidades militares y de gobierno de Hamás tras el asalto del grupo insurgente al sur de Israel el 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos, muchas de ellas civiles, en tanto unas 240 personas fueron capturadas como rehenes.
El gobierno israelí ha reiterado que la guerra continuará hasta que consiga sus objetivos, incluyendo el desmantelamiento de Hamás.
La guerra ha desplazado a alrededor del 85 % de los 2,3 millones de habitantes del enclave. El conflicto ha provocado oleadas de gente que buscan refugio en zonas designadas por Israel como seguras, que aún así son bombardeadas por su ejército, señala AP.